Todos contra el Santander: el banquero se encuentra acosado por el mercado, por la prensa y por sus próximos.

El riesgo reputacional del Santander, por los suelos. Rodrigo Echenique advirtió de la estafa Madoff con semanas de antelación. Su hijo y su yerno han puesto al cántabro en una solución socialmente complicada. Además, el enfrentamiento interno es tremendo, con Alfredo Sáenz, Javier Marín y Joan David Grimá, así como los Rodríguez Inciarte, entre los principales afectados: se esperan cambios en el equipo ejecutivo. Por el momento, Emilio Botín está utilizando su antiguo despacho de Castellana para recibir a ricos damnificados. A su cuñado, Jaime Castellanos, le ha hecho perder 30 millones de euros y hasta SAR los Príncipes de Asturias han resultado afectados.
Lo que ahora se denomina riesgo reputacional vulgo, prestigio- del Banco Santander, el portaestandarte español en los mercados financieros mundiales, está por los suelos y el prestigio personal de Emilio Botín ante su propia clase, los ricos españoles, peor. La cotización del grupo pierde frente a sus más directos competidores desde la valiente algunos dicen suicida- ampliación de capital. Ojo, el Santander no sólo pierde posiciones bursátiles respecto a Telefónica, Iberdrola o Repsol sino, lo que es peor, pierde en comparación con su principal competidor, el BBVA, al que siempre había vapuleado en Bolsa.

Todos parecen haberse conjurado contra la entidad tras las meteduras de pata de Lehman y Madoff. El primero, el Financial Times, que no deja pasar un solo día sin arrear al banco español, burlándose de los consejos de buen banquero que Botín otorgaba días antes de Madoff. En España, la prensa se cohíbe mas entre otras cosas por las presiones que ya hemos denunciado en Hispanidad contra la prensa, tanto por parte del Santander como del BBVA. Pero es evidente que el prestigio de Botín y del Santander ante los inversores españoles, así como ante los analistas, ha caído en picado. Se ha abierto la veda contra el cántabro. No olvidemos qeu Botín le ha hecho perder a su propio cuñado, Jaime Castellanos, 17 millones de euros, y que incluso SAR, los Príncipes de Asturias, con Felipe de Borbón y doña Letizia Ortiz, han resultado afectados.

El caso Madoff ha resultado definitivo. Y es que los pillados son los amigos de Botín, que han invertido recomendados por su hijo Emilio Botín y por su yerno esposo de Ana Patricia Botín- Guillermo Morenés (M&B, una firma que está despidiendo empleados). Otros damnificados son el consejero delegado Alfredo Sáenz, en calidad de presidente de Banif que ya metió la pata con Lehman- y Javier Marín, responsable de banca privada del Grupo y hombre de confianza de Emilio Botín. Lo mismo puede decirse del responsable de gestión de activos, Joan David Grimà, y de los consejeros Hermanos Inciarte, Matías y Juan, que nunca han abandonado la gestión de activos. En la entidad esperan cambios en el equipo ejecutivo. El único que vive y reina -aunque desde hace dos años ejecuta bastante poco-poco, es Francisco Luzón, responsable de Iberoamérica desde el Consejo.

Curiosamente, la prensa española acusa a Rodrigo Echenique, experto en comerse todos los marrones del Santander. Pues bien, fue Echenique quien, precisamente hizo lo contrario de lo que se le acusa: advertir a su presidente que el señor Madoff olía muy mal.

Más proximidad imposible. El propio Botín ha tenido que apagar fuegos: primero en Londres, en contacto permanente con el mercado. Segundo en Madrid, donde ha utilizado su antiguo despacho de Castellana para recibir a ricos-damnificados. Un mal trago para alguien con vocación de banquero. Su prestigio como gestor del ahorro ajeno ha caído muy, muy bajo.

Recuerden la diferencia entre los casos Santander y BBVA en lo relativo a la estafa Madoff: el Santander apenas perdió 20 millones de euros reconocen 17, frente a los más de 300 del BBVA. Ahora bien, el Santander hizo perder 2.300 millones de euros a sus clientes. Esta es la cuestión.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com