La idea feminista y socialista de que las mujeres son libres solamente cuando actúan como hombres y se incorporan al mercado laboral pierde adeptos entre las ejecutivas mejor remuneradas de las empresas multimedia.

 

El nuevo feminismo está muy lejos de esta concepción tan antinatural. La periodista sueca Elise Claeson, columnista del periódico Svenska Dagbladet y autora del superventas "Mamá en el hogar", reivindica el valor de la maternidad y rechaza esa vieja creencia de que las mujeres son libres cuando sirven a sus accionistas, pero esclavas cuando ayudan a sus maridos.

Argumenta que las mujeres no deben intentar llegar a ser hombres. Son buenas como son y deben seguir sus deseos femeninos y su naturaleza femenina. Basta ya con esa falsa dicotomía entre liderazgo, sí; maternidad, no. Basta ya con ese feminismo y socialismo que quieren crear un ser humano más leal al Estado que a la familia y a los hijos; que quiere acabar con la familia.

El esquema socioeconómico propagado durante años por la internacional socialista afirma que se necesitan dos sueldos para vivir. Con un sueldo o sueldo y medio, casarse y tener hijos es tarea imposible. Radicalmente falso, ha sido posible hasta ahora por una política de altos impuestos. Con impuestos más bajos, las familias son más libres para elegir hacer lo que quieren. Las familias con hijos deben tener impuestos más bajos que otras. Así, pueden convertirte en una familia de un solo ingreso cuando quieran. La sociedad debe reconocer a la familia como la institución más importante para la vida de un niño.

Claeson afirma que los hombres siempre han mantenido y protegido a las mujeres y a los hijos. Es un buen papel para un padre. No hay que forzarlos a convertirse en mujeres-madre para ser mejores padres. Hombres y mujeres somos diferentes, también como progenitores.

El auténtico feminismo es aquel que sin renunciar a las conquistas de las mujeres de los derechos civiles o el acceso a la educación, facilita que los matrimonios tengan hijos y los puedan educar sin la obligatoriedad de tener que trabajar el padre y la madre.

Clemente Ferrer Roselló

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