Este es el verdadero talón de Aquiles. La deuda de las familias españolas duplica la registrada en el 2003. Si hace cuatro años las familias tenían una mochila a la espalda de 300.000 millones de euros, esta se ha incrementado en el mes de junio hasta alcanzar los 616.513 millones. El esfuerzo salarial de una familia para hacer frente a esa deuda se sitúa en el 44,8% de su renta bruta, dos puntos encima del peso marcado a finales de 2006 y desde luego, el máximo histórico de la serie.
Desde el Banco de España se lleva años alertando que viene el lobo. Pues bien, quizás ya haya llegado. Ahora el mensaje –sin embargo- es de tranquilidad. El ritmo de crecimiento de la deuda –asegura la entidad supervisora- es el menor de los últimos cinco años. El menor, pero un 17,2%. O sea, una pasada. Lo mismo que ocurre con los pisos. Suben menos que antes, se desacelera su crecimiento, pero sigue creciendo sobre bases de vértigo.
Es verdad que el esfuerzo se hace más liviano si tenemos en cuenta la deducción por adquisición de vivienda, un 15% del coste de la letra con un máximo de 9.015 euros. Este alivio rebaja el peso de la deuda hipotecaria de las familias españolas al 36% de su renta bruta disponible, muy por encima del 30% necesario a finales del 2006. Aprovechamos la ocasión para recomendar a Zapatero que entre las "medidas sorpresa" que quiere presentar la ministra de Vivienda, Carmen Chacón, no se encuentre la eliminación de la deducción por adquisición de vivienda. Hacerlo elevaría en más de 10 puntos el peso de la deuda sobre la renta de las familias españolas.
El incremento del esfuerzo salarial de las familias se explica también por la subida del Euribor, índice al que están referenciadas la mayoría de las hipotecas españolas. Hay que recordar que la inmensa mayoría de ellas está contratada a tipo variable y que -por tanto- sufre los vaivenes de los tipos de interés. Pues bien, en lo que llevamos de agosto, el Euribor ha subido por tercera vez colocándose en el máximo de hace tres años. Este lunes se colocó en el 4,67%, ligeramente por encima del 4,65% del pasado 17 de agosto.
La combinación es explosiva. Las familias españolas que entraron en el mercado hipotecario al calor de las subidas anuales del 17%, se encuentran ahora pillados. Compraron al límite en un entorno de tipos al 2%. Ahora las circunstancias han cambiado y se pueden quedar con la brocha en la mano. Esto explica el incremento del 30% en la morosidad. Además, el impacto del elevado peso de la vivienda en la economía familiar justifica los pisos pequeños y el modelo "dos ingresos, ningún hijo". Los presupuestos familiares están al límite y nada ayuda para que las familias españolas puedan animarse a la descendencia.
Afortunadamente parece que el presidente del BCE va a dar un respiro a los tipos. Con ocasión de la crisis financiera, dejará la subida de tipos para más adelante. El hecho de que la Reserva Federal haya optado por un sesgo bajista tampoco permitía asimetrías en este lado del Atlántico.
Un respiro para las economías de las familias españolas. Aunque la espada de Damocles permanece firme. Lo que llama la atención es que el gobierno español no haya movido ficha. Recientemente, el primer ministro francés, Nicolás Sarkozy, reflexionaba en voz alta sobre la necesidad de establecer límites a la independencia del Banco Central Europeo. O dicho de otra manera: trataba de presionar al BCE sobre necesidad de rebajar tipos para apuntalar el crecimiento económico francés, seriamente estancado. Su homóloga alemana, Ángela Merckel, le ha respondido que de eso nada, que hay que preservar la independencia del BCE. Y en medio de ese debate, España ausente. Y no es que necesitemos una rebaja de tipos para apuntalar el crecimiento. Lo que necesitamos es que los tipos no suban para que la deuda de las familias no se haga insoportable. Pero ahí estaba Solbes: de vacaciones.
Por cierto que empieza a cundir la especie entre el empresariado español de que los europeos tienen envidia del crecimiento económico español. Así que tendrían serias ganas de subir los tipos a ver si el cuerpo serrano aguanta. Solbes de vacaciones, por aquello de respetar la independencia del BCE. Igualito que Sarkozy.