El ecologismo provoca subidas de precios en la leche, los huevos y las harinas

Los ecologistas están muy contentos porque poco a poco están consiguiendo que más vehículos –la mayoría autobuses públicos- funcionen a base de bioetanol. Dicen que contaminan muy poco y que de esta manera vamos a conseguir salvar el planeta, el hogar de todos y todas, el lugar donde habrán de vivir los hijos de nuestros hijos. Todo muy romántico. Solo que no informan que no existe suficiente biometanol en el mundo. Según señalan las eléctricas con la boca pequeña, harían falta varios planetas Tierra para alimentar el parque automovilístico mundial. Pero prefieren estar calladas. ¿Por qué? Participan del negocio. Que no decaiga la cuenta de resultados. Pero lo peor es que la estupidez ecologista está provocando subidas en los precios de las materias primas y con ello, alzas en los precios de la leche, los huevos y las harinas. Ya nos hemos referido al probable incremento del precio del brick de leche. Y eso no será sino el principio. Total, que finalmente, terminamos pagando a escote la última novedad de estos ‘verdes' que nos amargan la existencia. No solucionamos el problema, pero conseguimos generar otros: el encarecimiento de productos básicos y el crecimiento de la inflación. Todo sea por salvar al planeta Tierra. Por cierto, ¿para cuándo unos coches que funcionen con pila nuclear? Esa si que no contamina y tiene capacidad energética. Pero otra vez aquí la presión verde ha hecho que las inversiones dedicadas a investigar en esta línea hayan quedado paralizadas. Lástima de planeta dirigido por suicidas.