Sr. Director:
Otra vez el aborto, ahora en un Congreso socialista. ¿Pero no saben que matar es inhumano e inmoral? "No matarás" –dice, a todos, el Decálogo-. ¿No es la vida de los débiles la que debe defender el Estado y cualquier gobierno que se precie de honesto? ¿Quién más débil que un niño nonato?
Desde que el mundo es mundo, al hijo lo ha protegido la madre en su seno y sólo ha sucedido lo contrario en situaciones límites, y no siempre. Es el instinto natural. Recuerdo cuando yo estuve en reposo porque peligraba mi bebé. ¡Cuánto sufrí! Y que ahora quieran decirnos que el aborto es un derecho… ¡Vaya disparate!, ¿no? Yo que siempre he pensado que mis hijos tenían derecho a nacer y yo la obligación- gratísima obligación - de cuidarlos desde el primer instante de su ser, en momentos fáciles y en momentos duros.
¡Cuánto me alegro de haber cumplido con mi obligación! El mundo al revés: en lugar de ayudar al débil, se le hunde; en vez de ayudar la madre del niño, se la impulsa con leyes a que se deshaga de su criatura. ¿Y el síndrome post-aborto, no saben de él? No, no es la madre embarazada quien parece importarles, pues no legislan para que se realice en su ser de madre. ¿Les importan los dineros que las redes abortistas dan a los políticos que se enrollan con la cultura de la muerte? ¡Ah!, estas cosas no interesa decirlas...
Mary F. Vicente
fervimar@gmail.com