Zapatero se postuló en 2004 como la solución para volver al corazón de Europa, pero Europa se teme un infarto con Zapatero dentro. Sin embargo ¿ocurrirá lo mismo cuando sea el turno de Alemania o Francia? ¿Habría ocurrido lo mismo en los tiempos en que el Gobierno español se permitía el lujo de plantarse en una negociación y frenar las ínfulas del Gobierno francés?
Pese al marketing, la Presidencia de turno es algo prácticamente simbólico. Su función debería ser hacerse cargo de la agenda del Consejo de la Unión Europea y presidir las reuniones durante el semestre, promoviendo las decisiones legislativas y políticas y mediando para lograr acuerdos entre los estados miembros, según explica la propia web de la Comisión. Pero en Bruselas no cuentan con Zapatero ni para hablar del cambio climático. Literalmente: el presidente de la Comisión, José Manuel Durao Barroso, ha informado a los jefes de Estado u de Gobierno de la Unión de su próxima reunión con el presidente del Consejo, Herman Van Rompuy. Ambos prepararán los debates del Consejo de Primavera sobre el cambio climático, ese asunto en el que ZP ha pretendido aparecer como líder mundial. Con detalles como estos cada 15 días, el semestre no va a contribuir, como se esperaba, a reforzar la imagen de Zapatero.
Rodrigo Martín
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