Las dudas sobre quién ocuparía el papel predominante en la UE se van resolviendo por la vía de los hechos consumados. La Presidencia del Consejo Europeo, un puesto de nueva creación ejercido por Herman Van Rompuy, gana por goleada en la carrera del prestigio frente a la Presidencia de turno, que ejerce España en el primer semestre del año. Cuando alguien quiere resolver algo, se dirige a Van Rompuy. Lo vimos claramente cuando no había pasado un mes de Presidencia española y la industria europea se olvidó del Zapatero a la hora de dirigir sus peticiones. Éste era sólo un anticipo porque, cuando las principales instituciones europeas se reunieron para abordar el problema de Grecia, tampoco allí estaba Zapatero. En aquella foto se mostró el verdadero núcleo de la Unión: el presidente del Consejo (Van Rompuy), Ms. PESC (Ashton), el presidente de la Comisión (Durao Barroso) y los presidentes de Alemania (Merkel), Francia (Sarkozy) y Reino Unido (Brown). Después llegó la negativa de Obama a asistir a la cumbre Estados Unidos-Europa, todo un golpe a la materialización del acontecimiento planetario.

Zapatero se postuló en 2004 como la solución para volver al corazón de Europa, pero Europa se teme un infarto con Zapatero dentro. Sin embargo ¿ocurrirá lo mismo cuando sea el turno de Alemania o Francia? ¿Habría ocurrido lo mismo en los tiempos en que el Gobierno español se permitía el lujo de plantarse en una negociación y frenar las ínfulas del Gobierno francés?

Pese al marketing, la Presidencia de turno es algo prácticamente simbólico. Su función debería ser hacerse cargo de la agenda del Consejo de la Unión Europea y presidir las reuniones durante el semestre, promoviendo las decisiones legislativas y políticas y mediando para lograr acuerdos entre los estados miembros, según explica la propia web de la Comisión. Pero en Bruselas no cuentan con Zapatero ni para hablar del cambio climático. Literalmente: el presidente de la Comisión, José Manuel Durao Barroso, ha informado a los jefes de Estado u de Gobierno de la Unión de su próxima reunión con el presidente del Consejo, Herman Van Rompuy. Ambos prepararán los debates del Consejo de Primavera sobre el cambio climático, ese asunto en el que ZP ha pretendido aparecer como líder mundial. Con detalles como estos cada 15 días, el semestre no va a contribuir, como se esperaba, a reforzar la imagen de Zapatero.

Rodrigo Martín

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