Unas fuentes dicen que han sido dos, otros lo dejan en una. Lo cierto es que Gonzalo Pascual, cabeza de lista del Grupo Marsans, se ha entrevistado con el nuevo presidente de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), Enrique Martínez Robles, para suplicarle que la SEPI libere los 85 millones de dólares que faltan por entregar a Marsans dentro del contrato de reprivatización de la compañía de transporte aéreo argentino.
La SEPI ya ha entregado 670 millones de dólares a Marsans para el reflotamiento de Aerolíneas. Ni la proximidad a la Monarquía de los empresarios Gonzalo Pascual, Gerardo Díaz y Antonio Mata (éste último presidente de Aerolíneas) ha servido para que Robles dé su brazo a torcer. Como informara Hispanidad, acreedores privados de Aerolínea han presentado una demanda sobre Aerolíneas donde incluyen a la propia SEPI. Hasta ahora, los acreedores argentinos de la compañía de bandera han abierto una vía civil y otra penal. En pocas palabras, denuncian fraude en el Concurso de Acreedores y afirman que los fondos enviados por el erario público español no han servido para aquello para lo que fueron liberados: el reflotamiento de Aerolíneas. Pues bien, ahora ya no van contra los receptores del dinero, sino también contra quien lo ha otorgado, la SEPI. El asunto ha enfadado a Robles, quien se niega a liberar los 85 millones de dólares si no se le asegura que la SEPI no se verá comprometida en ningún tipo de conflicto judicial.
Y lo cierto es que Marsans necesita ese dinero. Imposible conocer el verdadero estado contable de Aerolíneas, porque el propio Gobierno argentino se negó a aprobar las cuentas del ejercicio 2002, y de 2003 sólo se sabe la nota de prensa emitida por la empresa. Sin embargo, fuentes argentinas afirman que Aerolíneas tiene liquidez para pagar sus gastos corrientes, pero, en ningún caso, para pagar su deudas, renovar la flota, etc.