Ricardo Darín, uno de los más aclamados actores argentinos (Nueve reinasEl hijo de la novia, La fuga etc…), se pone detrás de la cámara para dirigir una historia de cine negro escrita por su buen amigo, el cineasta Eduardo Mignogna, fallecido, víctima del cáncer, en octubre del año pasado. En ésta, su primera incursión como director (que compagina con la de protagonista) a Darín, le acompaña Martín Hodara.

   Buenos Aires, 1952. Mientras Evita Perón agoniza, un mediocre detective privado, Corvalán, es contratado por una atractiva mujer para lo que parece ser un rutinario trabajo de seguimiento. Pero su investigación le conducirá, poco a poco, a un peligroso entramado donde cabe tanto la ambición como la venganza.

  Clara heredera de las películas de cine negro americanas, la puesta en escena y la atmósfera de La señal están muy bien conseguidas. Igualmente también resulta meritoria la dirección fotográfica de Marcelo Camerino. Pero La señal no acaba de cuajar porque cuenta con un guión embrollado que se ralentiza, innecesariamente, en determinados momentos. Tampoco parece muy apropiada la elección de Diego Peretti (magnífico en Tiempo de valientes) para encarnar al compañero del detective Corvalán. No sé a ustedes pero este actor está tan encasillado en papeles cómicos que cuando hace papeles dramáticos me resulta bastante increíble. En resumen, una película que no depara demasiadas sorpresas en un género en el que en el cine clásico pueden encontrar verdaderas obras maestras.

Para: Los que les gusten las películas de cine negro