El PSOE propuso en el 2005 elevar la edad legal del matrimonio a los 18 años La polémica del aborto en niñas de 16 años se transformará en los próximos días en la necesidad de revisar la mayoría de edad. Existe una discordancia entre las mayorías de edad a efectos de voto, matrimonio, asuntos sanitarios. Además, existe un debate muy intenso entre los expertos sobre el denominado menor maduro. Así que el Gobierno puede aprovechar la polémica para lanzar un nuevo globo sonda: rebajemos la mayoría de edad a los 16 años.
En realidad no se trata sino de un debate estéril porque la mayoría de edad en España está fijada en los 18 años por la Constitución. Y fue la Carta Magna y no el Código Civil quien lo regula porque en el período constituyente, el debate fue más que intenso y se decidió blindarlo en la Constitución. El PSOE sabe que no puede revisar este detalle si no es con el consenso del PP. Pero da igual. Se trata de agitar el cocotero con un doble objetivo. El primero, distraer el debate público de los temas relevantes. El segundo: hacer quedar al PP como un partido poco sensible con los jóvenes. Las elecciones serán dentro de dos-tres años, así que la generación que actualmente tiene 16 años podrá votar entonces. ¿A quién votará? ¿A quién le consideró maduro o a quién le quiso someter a sus viejos?
Pero entremos en el debate, siquiera sea por una vez y con anticipación. El PSOE resulta un tanto inconsistente porque en la estrategia del menor y la infancia de 2005 planteó la necesidad de elevar la edad legal para el matrimonio hasta los 18 años. Pero es que además, ningún país de nuestro entorno tiene la mayoría de edad a los 16 años y los jueces suelen interpretar que el deber de alimentos se extiende hasta que el hijo es independiente económicamente, en los 23-24 años.
Por lo demás, todos los estudios psicopedagógicos señalan que la madurez no se alcanza en los 16 años. Probablemente tampoco en los 18. Pero acortar la mayoría de edad no hace sino colocar en situación de peligro a quien todavía no se ha emancipado económicamente ni tiene madurez para evaluar correctamente los efectos de sus acciones. Y esto no es falta de confianza, sino asumir la realidad, el primer axioma de la madurez.
En realidad no se trata sino de un debate estéril porque la mayoría de edad en España está fijada en los 18 años por la Constitución. Y fue la Carta Magna y no el Código Civil quien lo regula porque en el período constituyente, el debate fue más que intenso y se decidió blindarlo en la Constitución. El PSOE sabe que no puede revisar este detalle si no es con el consenso del PP. Pero da igual. Se trata de agitar el cocotero con un doble objetivo. El primero, distraer el debate público de los temas relevantes. El segundo: hacer quedar al PP como un partido poco sensible con los jóvenes. Las elecciones serán dentro de dos-tres años, así que la generación que actualmente tiene 16 años podrá votar entonces. ¿A quién votará? ¿A quién le consideró maduro o a quién le quiso someter a sus viejos?
Pero entremos en el debate, siquiera sea por una vez y con anticipación. El PSOE resulta un tanto inconsistente porque en la estrategia del menor y la infancia de 2005 planteó la necesidad de elevar la edad legal para el matrimonio hasta los 18 años. Pero es que además, ningún país de nuestro entorno tiene la mayoría de edad a los 16 años y los jueces suelen interpretar que el deber de alimentos se extiende hasta que el hijo es independiente económicamente, en los 23-24 años.
Por lo demás, todos los estudios psicopedagógicos señalan que la madurez no se alcanza en los 16 años. Probablemente tampoco en los 18. Pero acortar la mayoría de edad no hace sino colocar en situación de peligro a quien todavía no se ha emancipado económicamente ni tiene madurez para evaluar correctamente los efectos de sus acciones. Y esto no es falta de confianza, sino asumir la realidad, el primer axioma de la madurez.