Sr. Director:
Es lamentable que, desde hace algún tiempo, algunos ayuntamientos catalanes como el de Lérida hayan eliminado el castellano de todos sus folletos y letreros.
Ni en los paneles informativos emplazados por la ciudad ni en los equipamientos municipales ni en los transportes puede encontrarse una mínima presencia del castellano.
Una situación absurda si tenemos en cuenta que la mitad de los leridanos tenemos como lengua habitual el castellano como también la mayoría de los turistas de la ciudad. Sin embargo, hay una excepción donde curiosamente el ayuntamiento nunca se olvida del castellano: en los puntos de pago de los impuestos y de las zonas azules de aparcamiento.
Hay que agradecer a las autoridades leridanas que se acuerden de los castellanohablantes, aunque sólo sea para asegurarse que pagan. Parece ser que la pela es la pela, aunque hable en un desdeñado castellano.
María Arroyo
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