Resulta que Francia, Portugal e Italia no permitieron que el avión de Evo Morales (en la imagen), fuera sospechoso de llevar dentro al espía norteamericano, Edward Snowden.
España sólo pidió la palabra de Morales, de que no llevaba dentro a un delincuente que deberían devolver a un aliado en cumplimiento de los acuerdos entre ambos países, permitió, no sólo que sobrevolara nuestro espacio áreo, sino que repostara en el aeropuerto de Gando, en Gran Canaria y pudiera proseguir vuelo hacia Bolivia. Pues bien, ¿saben quién tiene la culpa de la humillación de Evo
Ni Austria, ni Francia, ni Italia ni Portugal. La tiene España, que es prepotente y se comporta como la potencia colonizadora que fue. ¡Lo que hay que aguantar, Margallo!
Los indigenistas americanos quieren volver a 1492, y don Evo no deja de ensalzar a la diosa Pachamama, la madre tierra, que ha dado lugar a una bellísima iconografía que ha marcado a la elite del arte pictórico. Pasen y vean.
Se trata de expulsar a Cristo, Dios colonizador traído por los españoles y sustituirlo por Pachamama. Un freudiano, es decir, alguien de mente sucia, interpretaría que el eje bolivariano (o simplemente cleptómano, dado que Cristina Fernández de Kirchner se unió a la conjura) intenta asesinar al padre, es decir, al país que civilizó Hispanoamérica. Son los de siempre: Nicolás Maduro, Rafael Correa, Daniel Ortega, el alabado -por la progresía española, incluida RTVE- José Alberto Mújica y, cómo no, doña Cristina, viuda de Kirchner, y casada con su propia megalomanía.
Miren ustedes, ha llegado el momento de endurecer la política económica con Iberoamérica. Por ejemplo, apoyando claramente a los opositores democráticos hispanos, que luchan contra la tiranía de Pachamama.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com