Sr. Director:
Hace unos días leí que para Alfonso Aguiló, presidente de AMEPE (Asociación Madrileña de Empresas Privadas de Enseñanza) integrada en la Confederación Española de Centros de Enseñanza (CECE), el hecho de que el 75,7% de los alumnos hayan escogido libremente la asignatura de religión es una prueba de que "la religión esté presente con normalidad en la escuela como una asignatura más".
A este propósito, consideró que esta realidad muestra que en España, como en la mayoría de los países occidentales, las familias consideran que la educación religiosa en la escuela favorece la formación integral y contribuye a formar buenos ciudadanos.
Sin embargo, alertó de que "es triste que aún haya lugares donde se ponen trabas a este requerimiento libre y democrático de los alumnos y las familias".
En este sentido, dijo que "da pena ver cómo esas autoridades educativas se erigen en diseñadores de modelos de educación de espaldas a los deseos de los alumnos y las familias, como si éstas fueran personas inmaduras a las que hay que someter a planes ajenos a su voluntad".
AMEPE reclamó así a las autoridades educativas que los desarrollos legislativos sobre esta materia no vayan contra la voluntad popular, en este caso abrumadoramente mayoritaria, que reitera año tras año el deseo de las familias de que sus hijos cursen en la escuela la asignatura de Religión. Nada más que añadir.
Valentín Abelenda Carrillo
valabcar21@gmail.com