El lobby feminista de Bruselas resulta intocable. Su influencia ha permitido chupar de los presupuestos comunitarios desde su constitución. A este grupo de presión se debe gran parte de las decisiones que el Parlamento y la Comisión toman sobre investigación con embriones humanos, "derechos reproductivos" de las mujeres, y la discriminación penal positiva en los malos tratos.

 

La nueva Comisión Europea no ha sido ajena a esta presión. Según fuentes de grupos pro-vida afincados en la capital comunitaria, ha sorprendido que un pro-vida declarado como Joe Borg haya recalado finalmente en la Comisión de Agricultura y Pesca, donde tiene un estrecho margen para hablar de temas diferentes a los del sector primario.

 

La peor noticia es el nombramiento de Louis Michel como comisario de Desarrollo y Ayuda Humanitaria, un departamento estrechamente relacionado con los asuntos de la defensa de la vida y la dignidad de la mujer. Por contra, los pro-vida comunitarios aplauden el nombramiento del democristiano Rocco Boutiglione como comisario de Justicia, Libertad y Seguridad. Una cartera con rango de vicepresidente que deberá de afrontar el reto de la lucha antiterrorista.

 

Ha sorprendido también, en fuentes comunitarias, que el lituano Dalia Grybauskaite se haya llevado la Comisión de Presupuestos. El presidente Barroso ha tratado de buscar equilibrios entre los 15 Estados primitivos y los 10 nuevos Estados miembro. Y también ha tenido que balancear entre las grandes potencias y los países más pequeños. La noticia más importante para España es que Joaquín Almunia se ha salvado de la quema y seguirá al frente de la aplicación del Pacto de Estabilidad hasta el año 2007, fecha en la que está prevista la incorporación de Javier Solana como "ministro" de Asuntos Exteriores.