Sr. Director:
La imagen que está dando la política catalana en estos momentos es sencillamente para echarse a llorar.

El secretario de Convergencia e hijo de Jordi Pujol imputado por tráfico de influencias; la sede de CiU embargada por corrupción en el caso Palau; los socios de UDC condenados en sentencia firme por apropiarse de fondos europeos; militantes convergentes investigados por los jueces por el 3% y otros por su relación con la mafia rusa.

Y pensar que éstos eran los que querían gestionar nuestros impuestos porque, según ellos, el resto de españoles nos "robaban" a los catalanes. Oriol Pujol comparó hace poco a España con unas "aguas podridas". Me pregunto si él mismo y su partido no están precisamente enfangados en ese tipo de aguas.

Carmen Blanco