"El cine es una máquina para proyectar formas llamadas imágenes que transmiten la noción que los más vulgares millonarios tienen acerca del gusto de las más vulgares multitudes. El tocadiscos es una máquina para reproducir el tipo de melodías que algunos comercios  y otras organizaciones eligen vender. La radio es mejor, pero tampoco se salva de lo que marca la modernidad de las tres: la impotencia de los que las reciben" Son palabras de Chesterton, y aunque uno está convencido de que las películas han mejorado mucho desde los inicios de la industria (Chesterton murió en 1936 y escribió esas palabras muy a comienzos de esa década) lo que importa es la conclusión: los medios periodísticos no son interactivos. El receptor está impotente por dos razones: porque no puede elegir la información que recibe y porque no puede responder a la misma.

Internet ha conseguido dos cosas: multiplicar la información que puedes elegir y poder responder a la misma. La concentración de medios en muy pocas manos, todas ellas de millonarios vulgares, había reducido el pluralismo hasta extremos peligrosos, y aproximado mucho, demasiado, al pensamiento único.

Al mismo tiempo, ha creado el llamado periodismo ciudadano, donde el receptor se convierte en emisor de información: el receptor, es decir, la sociedad, deja de ser un elemento pasivo. Por eso, ni el periodismo independiente de Internet -conocido en España como ‘los confidenciales'- ni el llamado periodismo ciudadano -blogs, el puro correo, foros, chats, etc.- agradan al poder, político, económico y cultural. No los pueden controlar, lo único que no soporta el poder. Por lo general, el poder asfixia económicamente. Ahora bien, el periodismo independiente es en ocasiones, tan pequeño, que resulta muy difícil asfixiarlo económicamente: entonces se trata de eliminarlos en los tribunales, friéndole a querellas.

En España comenzamos una legislatura con la ratificación de un presidente del Gobierno que odia al periodismo independiente de Internet. Dicen no leer confidenciales, cuando lo cierto es que sus servicios, que pagamos todos, están pendientes de los grandes buscadores que analizan continuamente la red, de los ‘google', para saber qué se dice de ellos.

Uno de sus periodistas de cámara, Alex Grijelmo, presidente de la Agencia EFE, había proseguido el mismo camino de Juan Luis Cebrián o Pedro J. Ramírez, dos miembros del Sistema informativo vigente, dos caras de una misma moneda. ¿Qué es el Sistema? Lo políticamente correcto, por ejemplo, en el periodismo español de hoy, ¿qué resulta políticamente incorrecto? Pues, por ejemplo, el periodismo cristiano o, aún peor, el cristiano que ejerce de periodista coherente con sus principios y no deja la cabeza cuando entra en la redacción, sólo el sombrero.

¿Cuando deja de ser independiente el periodismo independiente? Cuando se hace grande, momento en el que, independientemente del formato en el que se difunda, entra dentro del Sistema. La libertad siempre muere de éxito. 

Algo similar, aún más, ocurre con el llamado periodismo ciudadano.     

En resumen, la libertad de prensa y el pluralismo periodístico sobreviven gracias a ese regalo de los dioses que es Internet. La libertad de expresión sobrevive gracias al mismo regalo, en forma del periodismo ciudadano. El receptor ha dejado de ser impotente.

¿Qué hay mucha barbaridad en la red? Por supuesto. Como siempre ocurre con la humanidad, la corrupción de lo mejor es lo peor. Ahora bien, a pesar de esa posible perversión, la www propende a crear información en libertad, el Sistema -en este caso los grandes multimedia- sólo trata de retener el poder, de mantener su tamaño. El primero no tiene interés en crecer, el segundo sólo piensa en mantenerse gordo.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com