Sr. Director:                   

La progresía socialista y laicista en general, los autodenominados adalides de "la libertad y la democracia", claman entre insultos, cada vez que la Iglesia Católica hace valoraciones morales sobre algún asunto, como es su derecho y obligación.

Recordemos la manifestación de las familias cristianas en Madrid y la consiguiente agitación de la izquierda, con su anticlericalismo visceral.

Eso sí, callaron cuando el presidente de la Junta Islámica pidió el voto "a los partidos progresistas", o como hizo el portavoz de dicha asociación, Yusuf Fernández, que llamó a los musulmanes a votar al PSOE o IU, rechazando al PP.

Se dijo en aquél entonces que los obispos pidieron el voto al Partido Popular, algo rotundamente falso, basta revisar las hemerotecas del acto.

Se les negó el derecho civil a la libertad de expresión a los obispos, "que monten un partido o se callen", decían.

No tienen bastante con escarnecer a Cristo en su Pasión y muerte, hay que seguir ofendiéndolo ahora, es lo "políticamente correcto". Les molesta el Evangelio de salvación del Señor.

Si hablamos de ofensas, podemos recordar exposiciones blasfemas contra la fe católica pagadas con dinero público, burlas a los sagrado en distintas teleseries y películas de cine, programas de televisión... hasta cierta cadena, próxima  al Gobierno llegó a pedir que no se marque la "X" en la casilla  en la declaración de la renta para ayudar al sostenimiento de la Iglesia.

Llevamos un lustro de intransigencia hacia el catolicismo, caso único en Europa, cuando es la religión que profesa la mayoría de los españoles.

La ridiculización que sufrimos los católicos es especialmente cobarde, pues las demás religiones se respetan con silenciosa inhibición y sólo la nuestra es atacada.

Ésta gente sólo saca a relucir el talante hacia quiénes son de  su cuerda ideológica, excusándose en la libertad de expresión para faltar el respeto con  blasfemias e irreverencias hacia quiénes pensamos diferente, por tanto, son aprendices de tiranos  y engendro  encubierto de totalitarismo.

Josefa Bustamante Corpas

bustamantecorpas@yahoo.es