Las proclamas contra Benedicto XVI o su doctrina magisterial son ya costumbre arraigada en ciertos medios informativos, mientras que otros pujan por decir, sencillamente, la verdad.
Sr. Director:
El Jesús histórico fundador de la Iglesia católica e inmolado por el pecado del mundo, junto con el acervo secular de santos y doctores de la Iglesia, son irrelevantes en la cultura periodística superficial.
Y sin embargo, la Iglesia es la única que lanza al hombre por encima de sus posibilidades en su privilegio amatorio unívoco con Dios, comunicándole una tal dignidad que desembocó en el reconocimiento de los derechos humanos y por qué no, en la libertad de expresión, aunque le dé por reventar dogmas y credos, sin pensar que cada acción del hombre queda registrada en el Cielo y constituirá el guión inapelable de nuestra salvación o condena.
Eva N Ferraz
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