Este miércoles se presentaba la plataforma de organizaciones sociales que defienden la necesidad de la objeción de conciencia a Educación para la Ciudadanía (EpC). Estaban todos: CONCAPA, CECE, HazteOir, Foro Español de la Familia, Novillada.org, Profesionales por la Ética y un largo etcétera. Tan sólo faltó la Federación Española de Religiosos de la Enseñanza (FERE), que ha dicho que "respeta, pero no comparte" la objeción.
Han sido invitados a sumarse al movimiento. Pero han preferido quedar al margen. Hay quien piensa que por ingenuidad. Yo creo que por algo más. Tengo para mí que la postura de los colegios católicos se encuentra más próxima a la complicidad, insolidaridad y la cobardía. Cobardía porque no quieren asumir el enfrentamiento con un gobierno que finalmente son los que sueltan el maná con el que los centros sobreviven. Por eso la FERE no tienen ningún problema en invitar a la vicepresidenta De la Vega a su 50º aniversario de la FERE a la que agasajaron más allá de la elemental cortesía institucional. Poderoso caballero, porque la ‘vice' es el ariete de la ofensiva laicista. Eso sí, con buen rollo.
Insolidaridad porque afirman que sus centros no van a tener problemas con los contenidos contrarios a la moral católica de EpC. Aunque no sería la primera vez que se afirma desde las clases de religión que los milagros de Cristo eran una forma de hablar y que la Resurrección es algo así como una fábula. En todo caso, ¿qué pasa con el resto de centros educativos? ¿No les interesa en los centros de titularidad estatal?
Por último, me parece que es posible que haya cierta complicidad con el gobierno. Desgraciadamente muchas escuelas católicas han olvidado su espíritu fundacional, su ideario y su carácter propio. Los mismos marianistas asesoran al gobierno en materia educativa y su editorial, SM, ha sido la primera en editar un libro de texto de religión musulmana. ¿Tolerancia? Digamos que ingenuidad, por aquello de la magnanimidad.
Porque recordemos que la FERE desactivó el movimiento de "LOE no" cuando se pasó al otro lado. Consiguió el compromiso del gobierno de que no habría un representante del ayuntamiento en los consejos escolares. Posteriormente los socios del gobierno les metieron un gol con el "comisario político consistorial". El entonces portavoz socialista en el Congreso, Alfredo Pérez Rubalcaba, les ‘vendió' que sus socios eran incorregibles y los curas quedaron a los pies de los caballos. Vendieron por la primogenitura por un plato de lentejas y les quitaron las lentejas. "Si quieres las comes y sino, las dejas".
Pero no hay dos sin tres. Y los religiosos –sea por el dinero, la afinidad ideológica o ingenuidad- siguen creyendo que los del adoctrinamiento para la ciudadanía no es para tanto. El presidente de la FERE, P. Manuel de Castro, insiste en que "comprende, pero no comparte" el movimiento de objeción de conciencia a EpC. Argumenta que la FERE se opuso a esa asignatura, pero que una vez que es ley no tiene más remedio que acatarla. No sólo eso, sino que se muestra razonablemente satisfecho de que la actual redacción haya incluido las sugerencias realizadas por las escuelas católicas para evitar que los contenidos chocaran con la moral católica. ¿Hablamos de la misma asignatura de la que el laicista Peces Barba dijo que bien valía una legislatura? Mucho.
Para colmo, el P. De Castro no sólo no arremete contra el verdadero adversario, el gobierno, sino que dirige sus esfuerzos contra la plataforma ciudadana HazteOir que recientemente movió una campaña para que los padres de las escuelas católicas pudieran expresar a los titulares de los centros religiosos donde se educan sus hijos lo que piensan de que el gobierno pretenda forma en ideología a su prole. "Es una campaña política, se les ve el plumero", señala el P. De Castro, poco acostumbrado a que los padres le tosan. Pero ocurre que no sólo le han tosido sino que están dispuestos a que sus hijos "se piren" la bazofia que pretende imponer el Ejecutivo Zapatero.
La pelota está en el tejado de los curas y monjas. Pueden cobijarse en las faldas de un gobierno que ya ha afirmado "no comprender" la objeción de conciencia o puede sumarse a las legítimas reivindicaciones de la sociedad civil. Es su elección, D. Manuel. Sólo dos matices: el tren ya ha arrancado, así que debe darse prisa. Y segunda: el tren no se va a frenar porque Ud. decida bajarse antes de llegar a la estación. Uds. eligen: o con los padres y obispos o con el gobierno. O con el sentir mayoritario de la Iglesia española o con quienes les arrebatan la primogenitura, las lentejas y si se descuidan, la ingenuidad.
Luis Losada Pescador