Sr. Director:

Escribo esta carta para ver si alguien me explica algo que me tiene sumida en la perplejidad, o a lo mejor es que yo tengo pocas luces. Resulta que se acaba de conceder el premio Príncipe de Asturias de la Concordia al Camino de Santiago, que viene a ser, a mi entender el reconocimiento a millones de personas que, desde hace más de mil años, se han dejado literalmente la piel en el camino, ¿para qué?

¿Para hacer deporte? ¿Para animar y alentar al super-Depor? ¿Para ponerse el cuerpo a tono? ¿O quizás para salir en el libro Guinnes de los Records? 

Esto quiero que me lo explique alguno de los intelectuales constructores de la Europa Laica, porque, la fe que muestra la tradición del Camino de Santiago no indica que nuestra Europa tenga la más mínima  raíz cristiana.

Mª Ángeles Sáez

angelessaez@telefónica.com