Zapatero ha afirmado en la sesión inaugural del IV Congreso mundial contra la pena de Muerte: Nadie tiene derecho a arrebatar la vida de otro ser humano, absolutamente nadie, a la vez que ha instado a respetar hasta el último instante, la vida de todos y cada uno.
¿Por qué entonces estructura, impulsa y aprueba una ley que permite ejecutar libremente a un ser humano no nacido? ¿No es un crimen aún más cruel aplicar la muerte a un niño limpio de todo delito? ¿No es un fechoría estimular la violación de la virginidad de nuestras adolescentes con sus proposiciones libertinas?
El pasado miércoles se aprobó en el Senado, la nueva Ley de Reproducción Sexual y Reproductiva y de la Interrupción Voluntaria del Embarazo (Ley del Aborto), por la que miles de niños serán abortados sin su propio conocimiento y consentimiento, por iniciativa de un Zapatero, camarada de la delincuencia, verdugo de niños inocentes y enemigo de la castidad, que pasará a la historia por contribuir grandemente a la bancarrota económica y moral de España.
Lucía Rivera
