No tiene uno más que observar las balanzas fiscales presentadas por Madrid y Extremadura -ambas regidas por el PP, aunque al abortista rabioso, señor Monago, no sé cómo calificarle-, así como los datos que presenta la Generalitat Cataluña, para saber que eso, las balanzas fiscales, son un coña marinera.

¿Quién puso más Clama cada autonomía y de postre, clama don Cristóbal Montoro, ese delantero rompedor al que el Barça ha fichado por 14 millones de euros.  

Dependiendo de cómo se hagan las cuentas, Cataluña será la más generosa, o lo será Madrid, o Andalucía, o Extremadura, o Canarias. La única balanza cierta consiste en comparar el IRPF y entonces llegaremos a una conclusión sabida de antemano: que las regiones más generosas serán las más ricas y las más pobres serán menos generosas.

A partir de ahí, están las inversiones del Estado. Ahora bien, ¿quién se beneficia más de una inversión en mejora de las estaciones del AVE Madrid-Barcelona ¿Madrid o Barcelona

Luego está la deuda, sí. Pero la deuda autonómica debe contar con el beneplácito del Gobierno central para emitirla.

¿Y el pago a proveedores Cierto, pero el Estado central ha ayudado a que comunidades y ayuntamientos paguen a sus proveedores. A unos les ha ayudado y a otros menos, pero es que se trataba de cumplir con un deber básico.

Luego está la autonomía fiscal. En efecto, si su comunidad reduce impuestos y luego exige transferencia de fondos de las demás estaría siendo injusta con las demás. Esa es la queja de Cataluña respecto a Extremadura o del Gobierno central frente a la Comunidad de Madrid (aunque ésta no recibe renta sino que la expide). Pero es que eso es precisamente lo que exigen las CCAA más nacionalistas: autonomía fiscal.

En cualquier caso, dejémonos de las chorradas de las balanzas fiscales. Un poquito más de unidad y de solidaridad acabaría con las balanzas en la basura.

Ya está bien con la coña de las balanzas fiscales.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com