Acusa a los especuladores de provocar la quiebra de la Chrysler pero aumenta los fondos públicos dedicados a apoyarles. Su Gobierno emplea el dinero de todos para controlar el poder económico. Obama ha convertido el abortismo en la única ideología de su Gobierno, con el apoyo de los Señores de la prensa. Su impunidad llega a Internet: envía millones de correos-basura a ciudadanos particulares

En su día fui reducido al silencio por hablar de las marcas del Anticristo que se presagiaban en la política del nuevo presidente norteamericano, Barack Obama. El comentario casi general en la red fue aquello de esta vez el Eulogio se ha pasado. Incluso algunas almas menos caritativas remacharon con un más claro: el Eulogio se ha vuelto a pasar o aun mejor, al Eulogio se le ha ido la olla definitivamente.

Pues, tras la efemérides de los 100 primeros días de Gobierno, habrá que insistir...

Las pruebas:

Una de las marcas de la bestia según los milenaristas serios, que no los madajaderos iluminados, es la sumisión de la mayoría al poder de la bestia entre el aplauso general y con el apoyo entusiasta de los hombres que controlan los hilos del poder. Parece claro que en el siglo XXI los hilos del poder están manejados por dos fuerzas. El dinero y la información, que -en torpe simplificación, lo admito- podríamos concretar en la banca y la prensa, es decir, el dinero y los multimedia, ambos cada vez más concentrados: cada día son menos los que mandan más. El siglo XXI se caracteriza por bancos e intermediarios financieros más grandes -menores en numero por mor de las fusiones- y cada vez menos y más grandes multimedia... y en ambos casos con más poder cada día que pasa. Traducido a la realidad actual, una de las marcas del Anticristo sería la plutocracia, aplaudida por un amplio coro de esclavos sometidos.

Pues bien, Obama ha multiplicado los fondos federales que Bush dedicó a salvar a los especuladores de Wall Street -sólo se dejó caer a Lehman Brothers, que es lo que había que haber jecho con todas- pero ahora ha aprovechado sus primeros 100 días de Gobierno para convertirse en el defensor del pueblo soberano y asegurar que han sido los especuladores los que han provocado la quiebra de la Chrysler. Como todas las grandes mentiras discurre paralela a la verdad, en un alarde doble moral y hasta de doble pensamiento: en efecto, la culpa de la crisis es de la especulación financiera y de apalancamiento excesivo en el que hemos vivido durante las dos últimas décadas pero entonces, ¿por qué Obama sigue apoyando a los especuladores plutócratas con dinero de todos los contribuyentes, es decir del pueblo norteamericano? Esto es lo que llamo la hipocresía de la doble moral pero, sobretodo, es la estupidez del pensamiento doble... aplaudido por los señores de la prensa, los propietarios de los grandes multimedia a quien Obama se dispone a ayudar con el mismo frenesí que a los especuladores: para que los multimedia tradicionales (prensa, radio y TV), todos ellos en quiebra, no suspendan pagos, el Capitolio se dispone a ayudarles por subvenciones directas, exenciones fiscales y consolidación del oligopolio ante la nueva sociedad de la información, es decir, ante Internet.

Por cierto, que el presidente de los Estados Unidos se ha convertido en el principal emisor de 'spam' del mundo, con el envío -es la segunda vez- de 13 millones de correos-basura a los ciudadanos norteamericanos al banco su gestión.

Otras marcas. La bestia apostará pro la muerte de los inocentes y de los débiles: Obama ha elevado el abortismo a su grado sumo. A pesar de haberse demostrado que las células embrionarias no sirven para nada, ha dado barra libre para fabricar y destruir embriones humanos. Es el memorial del Seréis como dioses llevados hasta sus últimas consecuencias.

Lo mismo con el aborto, donde ha resucitado el aborto pro nacimiento parcial. En resumen, matar al niño en cualquier momento de gestación, si es caso, a costa de sacarle la cabeza horas antes de nacer, con el sano propósito de degollarlo.

No sólo eso: para trabajar en el equipo Obama puedes ser de derechas o de izquierdas pero nunca defensor de la vida: el aborto se ha convertido en la frontera ideológica de Barack Obama. Todos sus asesores están obligados a ser abortistas feroces, sin resquicio a ningún tipo de defensa del ser humano más indefenso.

Un detalle. Obama ha conseguido la mayoría en el Senado gracias a un republicano abortista de Pensilvania -Arlen Specter- que se ha pasado a los demócratas. La réplica la proporciona un demócrata del mismo estado -Robert Casey- que se mantiene fiel a la defensa del débil y al que no le queda sitio en el nuevo Partido Demócrata, y homicida, de Obama.

Mientras, la Casa Blanca prepara un nuevo juez progresista, es decir, abortista, para el Tribunal Supremo, en sustitución de David Souter, otro abortero. Lo más grave. Para dar pistas sor su nombramiento, Obama ha dicho que nombrará a alguien que respete al Estado de Derecho. Estaría bueno que un miembro del Tribunal Supremo no respete el Estado de Derecho. No, lo que Obama quiere decir con esas palabras es que ha adoptado sin tapujos la premisa primera del Nuevo Orden Mundial (NOM): si no estás a favor del aborto no eres demócrata, no estás... con el Estado de Derecho, porque no respetas la salud reproductiva.

Y sólo llevamos 100 días.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com