Por su interés, publicamos este artículo de José Cervera para www.elmundo.es, con lo que considero un espléndido análisis de lo que está ocurriendo en la Red, realizado al rebufo de las elecciones norteamericanos. En efecto, Internet es conversación, es comunicación personal, y hasta que no se logre fundir la información de masas (un emisor muchos receptores) con el estilo y el espíritu propio de una conversación interpersonal, el periodismo en Internet no se habrá descubierto. Dice Juan Luis Cebrián (Zaragoza, miércoles 3 de noviembre) que no sabemos cuál será el futuro en Internet. Sí que lo sabemos: es precisamente este, la conversión del periodismo en conversación. Otra cosa es que no sepamos hacer el futuro, pero sí sabemos dónde está.

Por otra parte, con el autor del artículo sólo discrepo en la descripción de la blogosfera. La parte de Internet que ha apoyado a Bush lo ha hecho, al menos en buena parte, no porque pretenda colocar una bandera en alguno de los palacios de Sadam Husein, sino porque cree en alguno de los valores que defiende no que representa- George Bush. O lo que es lo mismo : han defendido a Bush porque creen en algo. Lo que ocurre es que no estamos acostumbrados a ese nuevo periodismo conversacional, que no teme identificarse en sus convicciones y que no necesita recurrir a la objetividad para propinar las bofetadas mirando hacia otro lado. Creo que el nuevo periodismo de Internet es mucho más honrado que el periodismo objetivista o tradicional, porque parte de la identificación, sin tapujos, del emisor. El nuevo director de Radio Nacional de España, Pedro Piqueras, se enorgullece de que, según él, la gente no conoce su ideología política ni a qué partido vota. Algunos nunca hemos tenido dudas sobre ello, pero eso no es lo que nos ocupa. Lo que nos ocupa ahora es que para el nuevo periodismo, para Internet, las palabras de Piqueras no son un orgullo sino un baldón. Para la nueva sociedad de la información, para el nuevo periodismo, para Internet, lo deseable es que todo el mundo sepa la ideología del director de Radio Nacional de España y, de esta forma, entender mejor los mensajes que lanza la emisora pública y sus cambios de perspectiva, estilo, tono y enfoque. Que no se diga que ello conduce al prejuicio. Lo que provoca el prejuicio es la ausencia de identificación.

Le Monde consagró la frase del periodismo objetivista, vigente durante 50 años: los hechos son sagrados, las opiniones libres. Juan Luis Cebrián considera que el nuevo periodismo internetero ha invertido el aforismo, hasta convertirlo en esta parodia: los hechos son libres, las opiniones, sagradas. Si así fuera, en efecto, Internet supondría la manipulación eterna de la realidad. Sólo que no es así. Lo que la blogosfera hace (no siempre, desgraciadamente) es conversar. Y cuando uno conversa es fidelísimo a los hechos pero, al mismo tiempo, los analiza. En otras palabras, el lema del nuevo periodismo, que podríamos llamar explicativo, es que los hechos continúan siendo sagrados, las opiniones no deben ser libres eso es una obviedad- sino ecuánimes y a los personajes públicos se les juzga por su coherencia. No olvidemos que la información no es ni hechos, ni argumentos, es, sobre todo, juicios. Como la conversación, como la vida misma.

Y, naturalmente, lo que hiere a la generación Cebrián es que en Internet todo el mundo puede ser Juan Luis Cebrián. Es más, todavía no se ha llegado a la segunda etapa, en la que el líder -político, económico, cultural- se relacione directamente con su público sin pasar por la intermediación de los medios. Y entonces, Janli, se te acabó el negocio. Pero puedes esperar la jubilación tranquilo. Ni tan siquiera Internet va tan deprisa. Mientras tanto, disfruten del brillante texto de José Cervera. Lo merece.

Eulogio López