Sr. Director:

Unos padres de la diócesis de Huesca solicitan que su hijo, celíaco, próximo a hacer la Primera Comunión, comulgue con una forma de maíz en lugar de trigo.

Los celíacos pueden comulgar bajo la especie de vino (por ejemplo con una cucharilla), pues tanto en el pan como en el vino, después del milagro de la Consagración de la Misa, está contenido el Cristo total y ambas especies son válidas para recibir a Dios.

La Comunión es algo tan sagrado que no es adaptable en orden al solicitante. Las disposiciones son claras: no puede acercarse a comulgar quien esté en pecado grave o no haya guardado el ayuno eucarístico, y tampoco es lícito consagrar formas de maíz u otros derivados distintos del trigo puro.

La Comunión no es un derecho sino un don que no sabemos apreciar en su debida grandeza.

Eva N. Ferraz

margar25@gmail.com