• Si la mujer se queda embarazada, el proceso de adopción se paraliza automáticamente.
  • Estupor entre los matrimonios que deciden ser padres adoptivos: lo que quieren, ante todo, es ser padres.
  • Las adopciones dependen del Instituto Madrileño de la Familia y el Menor, esto es, del consejero de Asuntos Sociales, Jesús Fermosel (en la imagen).

Los matrimonios que deciden adoptar se enfrentan a un camino largo y tortuoso. Concretamente, en la Comunidad de Madrid, el proceso de adopción internacional comienza con una reunión informativa, sigue con la apertura del expediente y un curso de formación.

Y es precisamente en ese curso -de cuatro semanas de duración, a razón de una sesión por semana- donde los encargados llegan a aconsejar a los futuros padres que, en caso de quedar embarazados, y con el fin de no interrumpir el proceso de adopción, consideren seriamente la posibilidad de abortar.

Ante esta sugerencia, el estupor de los asistentes es mayúsculo, y en más de una ocasión, algunos de los participantes decide abandonar la sesión informativa. ¿Cómo es posible que aconsejen abortar a los matrimonios que están allí, precisamente, porque quieren ser padres

Sin duda, el nuevo consejero de Asuntos Sociales de la Comunidad de Madrid, Jesús Fermosel, debe instar cuanto antes a Antonio García-Monsalve Escriña, director gerente del Instituto Madrileño de la Familia y el Menor, que tome medidas. Concretamente una: ordenar que los tutores de los cursos de adopción dejen de aconsejar semejante barbaridad.

Pablo Ferrer

pablo@hispanidad.com