Cuando yo sea mayor, seré periodista manipulador de Radio Nacional de España (RNE). Porque claro, manipular al estilo, pongamos por caso, Iñaki Gabilondo o al de Federico Jiménez Losantos es de serie, como dicen los catalanes, no da ilusión. Todo es muy previsible. Lo bonito es manipular con información presuntamente objetiva, que es lo que pregona la radio pública española, esto es, Radio Nacional de España y Radio 5 Todo Noticias.

Por ejemplo, la voz suave, talantina (no confundir con talentosa), de Julián Salgado, en el programa informativo de las mañanas (el más escuchado), es una muestra de tolerante lavado de cerebro a la audiencia. Don Julián no grita, apenas susurra, su voz evoca serenidad y tolerancia... por eso, su contenido no chirría como debiera.

En la mañana del martes 30, para despedir el mes, don Julián ha vuelto a introducir de forma muy objetiva, la noticia del día: La Iglesia Católica continúa oponiéndose a todas las medidas sociales del Gobierno socialista. Es genial, Julianillo (quien, por cierto, no tuvo ningún problema de censura cuando RNE la dominaba la derechona. Vaya usted a saber por qué). Es genial porque la palabra social evoca todo lo bueno, agradable y placentero, mientras que, pongamos por caso, el término fiscal evoca todo lo inoportuno, desagradable e injusto. Así que a lo que se opone la Iglesia es a las medidas sociales del Gobierno. La verdad es que también se opone a su política migratoria. Que digo yo tiene algo de social, así como a su política económica, la más social de todas, pero el objetivo parece claro.

Además, la Iglesia se opone, ojo al dato, a todas las medidas sociales del Gobierno. Estos curas... Oye no apoyan ni una sola, ni una. No lo duden: la intolerancia viste sotana.

Y a todo esto, ¿de qué estaba hablando Julianillo? Pues, del condón, claro está, en vísperas del Día del SIDA. Julianillo es un hombre plural, por lo que puede dividirse en dos mitades. Así, el cronista que acudió a ponerle el magnetofón a la señora ministra de Sanidad, Elena Salgado, apuntaló la entradilla de don Julián, advirtiendo, un pasito ta-lante, que contra el parecer de toda la comunidad científica, la Iglesia se opone al preservativo.

Do you understand? La Iglesia se opone a todas las medidas sociales del Gobierno y lo hace contra el parecer de toda la comunidad científica. Ya teníamos prestigiosos científicos (PC) y, como decíamos el lunes 29, nos hemos inventado el más cursi distinguidos investigadores (DI). Ahora hay que añadir la CC (Comunidad Científica), en cuyo nombre habla Radio Nacional de Zapatero y Cía. No, no es este aquel científico, especialmente los que viven del erario público (un 99%, pongamos por caso), sino la comunidad científica en su totalidad manifiesta, la que clama para que nos revistamos todos de látex (bueno, al menos alguna parte en nuestra anatomía) y practiquemos el muy científico hábito (y esto no es ninguna broma) de copular pero, eso sí, con seguridad, con la seguridad manifiesta de que no vamos a tener descendencia (que es también un hecho científico, creo). De hecho, yo diría que todos los hechos, por el hecho de serlo, son científicos, pero dejemos eso.

El mensaje de Julianillo era muy sencillo : según las últimas investigaciones (¡Albricias y pan de Madagascar, han vuelto las últimas investigaciones), no se sabe de qué ni de quién, el condón es un medio infalible contra el Sida en el 92% de los casos. Esta es una de esas perogrulladas siniestras a las que nos tiene acostumbradas la progresía. Resulta que el condón evita en un 92% de los refociles el contagio del sida, por lo que habría que concluir que, en el mejor de los casos, un 8% de los ayuntamientos corren el riesgo de contraer la enfermedad. Además: ¿Cómo es posible calcular ese porcentaje? ¿Metiendo en el mismo catre (por razones científicas, que conste) a un sicótico-a con condón y a alguien que no lo es? Debe tratarse de experimentos arriesgados.

Y al final, ¿qué decían los obispos, que usted no ha podido escuchar en Radio Nacional? Pues decían que si el condón evita el Sida, el amor lo evita mucho más. Y cuando se ama, no se utiliza al otro-a como instrumento. El otro es un fin, no un medio, y por eso, que no por ningún precepto religioso, copular sin amar, antes que pecaminoso, es inhumano.

Que la utilización del otro sea de tipo monetario o sexual da lo mismo, es la diferencia entre el trueque y el comercio. En todo caso, contraprestación sin donación alguna. La monogamia no es un remedio contra el Sida sino un remedio contra la deshumanización. Sólo que, además, evita el Sida sin que se forren las multinacionales farmacéuticas del látex.

Pero faltaba la guinda. La postura de la Iglesia fue definida por los independientes periodistas de Radio Nacional de España. Sin embargo, para conocer el difundir el parecer del Gobierno se recurrió a la literalidad de una grabación, más difícil de manipular. Y aquí surge el problema. Y es que la responsable de Sanidad, Elena Salgado, como una buena madre de todos los españoles, nos explicó que oponerse a la utilización del condón, y a cambio proponer la abstinencia y la monogamia, es no saber cómo está el mundo. Este poco sutil desprecio de la monogamia me hizo pensar en el señor esposo de la señora ministra, pero enseguida corregí mis lamentables pensamientos hacia lo políticamente correcto. Hay que vigilarse constantemente para vivir la tolerancia, muchachos. Ahora bien, ni el vademécum de lo políticamente correcto puede impedirme pensar lo siguiente: decir que condenar el condón es no saber lo que ocurre en el mundo es como afirmar que emperrarse en campañas sobre la prudencia en la conducción de automóviles es no saber cómo está el tráfico.

Pero este es el gran problema de una ministra de Sanidad con casi todas las competencias transferidas a las comunidades autónomas. Cuando el diablo no tiene nada que hacer con el rabo, mata moscas. Y cuando doña Elena Salgado se aburre, se convierte en portavoz de los fabricantes de condones. Algo tiene que hacer la pobrecilla para no aburrirse. Por ejemplo, medidas sociales.

Eulogio López