Es la multa más alta de la Comisión a una compañía, sólo por delante de la de Microsoft, y muy por encima de lo esperado. La comisaria de la Competencia, Neelie Kroes, se ensaña con España. Mientras, el Gobierno ZP se mantiene en silencio. La causa: abuso de posición dominante en banda ancha ADSL… cuando Telefónica ha cobrado a sus competidores lo que le había dicho a la CMT. El propio presidente de la CMT, Reinaldo Rodríguez, afirmó el martes que si Bruselas quiere multar a alguien, debería multar a la propia Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones. La denuncia contra Telefónica procede de la francesa Orange (FT), mientras en Francia el Senado presiona al regulador bursátil para detener a la española Sacyr en la francesa Eiffage… sin que Bruselas mueva un dedo. Y la francesa Suez continúa con su acoso a Iberdrola… con el apoyo de Florentino Pérez

Increíble pero cierto. La Comisión Europea no se ha conformado con multar finalmente a Telefónica por abuso de posición dominante, sino que ha superado todas las previsiones: se trata de la multa más grave impuesta a una empresa del sector por las autoridades antimonopolio de Bruselas (con la excepción de la impuesta a Microsoft) en toda la historia de la UE: 151 millones de euros. El escenario más pesimista era de 100 millones de euros de sanción.

Telefónica ya ha anunciado que recurrirá al Tribunal del Luxemburgo. Lo más curioso de la sanción es que en este caso, la Comisión del Mercado de las telecomunicaciones (CMT), de ordinario muy crítica con la operadora que preside César Alierta, se ha puesto decididamente al lado de ésta. Su presiente, Reinaldo Rodríguez, ha llegado a afirmar que la sanción debía ser a la CMT, dado que ella impone los precios que Telefónica cobra a sus competidores por acceder a su red y ofrecer banda ancha.

Lo más gracioso es que la denuncia procede de una competidora directa de Telefónica, France Telecom (Orange-Wanadoo), donde manda el Gobierno francés y que fue salvada de la quiebra gracias la aportación de 9.000 millones de euros de dinero público francés. No sólo eso, FT, a la que Emilio Botín le vendió AUNA, no ha invertido en red en España, razón por la cual realquila la red de Telefónica. Y son franceses y alemanes los técnicos que rodean a Neeli, quienes, a la postre, han llevado el caso.

Eso sí, el Gobierno Zapatero no ha movido un dedo a favor de Telefónica. No sólo eso, Radio Nacional de España y TVE, los medios públicos, han acepado desde el primer momento los argumentos de la Comisión, dando por hecho que Telefónica había cometido una falta "muy grave", y sin prestar atención a las declaraciones en el Senado (martes 3) del propio Reinaldo Rodríguez, quien acusó a Bruselas de haber desoído los criterios de la Comisión.

En Bruselas es sabido que franceses y alemanes –que arrastran la deficiente gestión de Deutsche Telekom y France Telecom- no aceptan que la operadora española se haya convertido en el primer gigante europeo de las telecomunicaciones, a pesar de su titularidad plenamente privada, y todo ello a pesar de que París y Berlín le han cerrado el paso a Telefónica de forma reiterada. La compra de la británica O2 ha sido determinante.

Respecto a la Comisión, hay que decir que no ha movido un dedo ante el acoso del Senado francés al regulador bursátil galo, AMF, demostrado en Hispanidad.

Por su parte, la sanción de 151 millones de euros pone en evidencia, una vez más, el nulo prestigio de ZP en Bruselas, a quien nadie toma en serio. El Gobierno español dice que defiende a Telefónica, pero lo cierto es que lo hace bastante mal.

Por cierto, mientras se ensaña con Telefónica, Bruselas se mantiene muda ante el vergonzoso acoso a la española Sacyr en Eiffage, con un senado francés presionando al presunto árbitro independiente AMF para que paralice la OPA de la española. Y también guarda silencio mientras Suez-Gaz de France, consorcio controlado por el Gobierno francés, intenta comerse a la española, privada, Iberdrola.

¿Pintamos algo en Europa o somos colonia de Francia y Alemania?