En TVE, Aurora Bau, presidenta de la asociación ‘Derecho a morir dignamente' ha comentado el caso de Inmaculada Echevarría, una mujer con distrofia muscular que solicitó que le desconectasen de la máquina que la mantenía con vida, y se accedió a su petición. Para Bau, "el testamento vital permite el diálogo", y este diálogo nuevo es: "tengo un testamento vital, no quiero que me mantengan con vida artificialmente. Ramón Sampedro fue la primera persona que lo dijo. Si quisiéramos de verdad, entenderíamos que dejar marchar es querer de verdad. Amar es deja marchar. Cuando cerramos el puño para nosotros, hay algo que no fluye". Hay que estar "con las manos abiertas dejando marchar".
Para Aurora Bau, el hecho de que Inmaculada lo pidiese públicamente "fortalece el debate y en este sentido es positivo". ¿Por qué tenemos miedo de que haya un caso así? Gracias a Inmaculada o Ramón Sanpedro, se ha creado debate, para morir, se ha de morir en la intimidad y esa gente ha renunciado un poco a esa intimidad. Aprovechémoslo en positivo. La muerte es de los actos más íntimos que se ha de hacer entre los nuestros y es la intimidad de nuestro ser".