La Vice moviliza a la toda la prensa adicta con gastos a cargo del Presupuesto. Nadie sabe qué pinta Fernández de la Vega en el subcontinente, pero da lo mismo: el viaje es para consumo interno y con financiación interna.

Se trata de glorificar la imagen de la Vicepresidenta tras haber superado el amago de crisis que la situaba fuera del Gabinete. En su ofrenda floral ante el mausoleo del Mahatma Gandhi, De la Vega insistió en que todas las culturas valen lo mismo y lo único que importa es el diálogo... y la Alianza de Civilizaciones. En sus viajes, se seleccionan los medios informativos, y hasta los periodistas, que le acompañan. La idea es convertir a la Vice en una estadista de talla mundial... con cargo al erario público español.

¿Qué hace la vicepresidenta primera del Gobierno Zapatero, doña María Teresa Fernández de la Vega, en la India, nada menos que durante seis días? Pues exactamente lo mismo que en Hispanoamérica cada verano: forjarse un prestigio internacional a costa de los impuestos de los españoles, en viajes de Estado sin motivo alguno pero muy onerosos, con una comparsa de medios informativos convenientemente seleccionados por Moncloa.

El mayor logro del Zapatismo ha consistido en crear una verdadera Brunete mediática, un conjunto de medios afines y serviles. Zaptero y sus ministros controlan, de forma casi absoluta, la televisión, verdadero gozne del éxito electoral, y aunque la mayoría de la prensa de Internet es crítica con La Moncloa, se impone la diferencia entre la sociedad que ve -el televisor- y la sociedad que lee -la prensa electrónica o en soporte papel-.

La Moncloa prepara con mimo el listado de los medios agraciados que acompañan al Zapatero y De la Vega en sus viajes de Estado. A veces es imposible no invitar a medios importantes pero críticos con el Gobierno, y entonce se trata de animar al medio a enviar cronistas próximos al Ejecutivo o, al menos, políticamente correctos. Y cuando no se consigue, los servicios de prensa de la Vice amedrantan al cronista ya antes de que acabe el periplo.

Durante el último viaje veraniego de la vicepresidenta por Iberoamérica la propia protagonista reprochó a un periodista de La Gaceta de los Negocios el contenido crítico de su última crónica y, de vuelta a Madrid, presionó para que otro periodista del mismo medio, menos crítico con el Gobierno, fuera quien cubriera sus viajes desde ese momento.

Y cuando la oposición, con voz meliflua, pidió explicaciones sobre los gastos de la Vice, simplemente la dialogante número dos

de ZP les respondió con insultos.

El actual viaje a la India en plenas navidades tiene, además, un especial significado. A pesar de la desastrosa gestión de la crisis, la precitada armada mediática de ZP ha conseguido que continúe al frente de las encuestas, por lo que el presidente del Gobierno, siempre contento consigo mismo, ha decidido aparcar la crisis de gobierno, una crisis en la que principal damnificada, además del fracasado vicepresidente Pedro Solbes, iba a ser De la Vega, de quien el presidente tiene la absoluta convicción de que pretende sucederle en la cúspide. Además, el jefe del Gabinete sigue pensando en Cristina Garmendia o en Carme Chacón -mujeres, pero más manejables- como sustitutas de la vicepresidenta.

Así que, una vez conjurado el peligro de crisis, pues el mismísimo ZP se asombra de no haber perdido apenas, fervor popular, De la Vega se ha lanzado a conocer mundo. Esta vez ha tocado La India, una nota de color.

El guión continúa: Radio Nacional -verdadero tarro de las esencias de la propaganda zapatista (la TV pública es más poderosa, pero sólo multiplica el efecto de cada idea-fuerza lanzada por Radio Nacional) o por El País, habla de apretadísima agencia de Fernández de la Vega.

Nada más llegar a Nueva Delhi, ofrenda floral ante el mausoleo del Mahatma (alma grande, según la traducción hindú y según las tontunas de los teósofos) Gandhi. De la Vega, en su línea: todas las culturas -en lenguaje progre, cultura significa religión o cosmovisión- tiene el mismo valor y probablemente ninguna valga nada. Es relativismo en estado puro, esto es, pensamiento débil. No importa la idea, sino la estabilidad política, es decir, que no haya enfrentamiento, ni tan siquiera contraste de ideas. Cuando la Vice asegura que lo importante es la palabra, lo que está diciendo es que no cree en convicción alguna. Palabras sí, argumentos también, pero considerando que ninguno de ellos vale nada, para concluir, tras una entrada en éxtasis laico, que lo importante es la Alianza de Civilizaciones.

Curioso discurso para ser expresado en la India, quien acaba de sufrir un terrible atentado islámico, como el del 11-M, ciertamente. Es lógico que De la Vega se solidarice con los indios. Lo que no es lógico es que, como remedio al terrorismo, defienda el poder de una palabra hueca, dado que todas las culturas valen lo mismo y ninguna vale nada, y que proponga como solución la Alianza de Civilizaciones, es decir, una alianza firmada por un el laico ZP y el fundamentalista islámico turco Recep Tayyip Erdogan. Seguramente los indios hindúes se estarán preguntando si el Gobierno de España esta formado por suicidas, por cobardes presas del Síndrome de Estocolmo o simplemente por estúpidos.

En el fondo poco importa: son viajes para el consumo interno, para convertir a los miembro del Gobierno en estadistas de talla mundial.. con cargo al erario público, eso sí.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com