Sr. Director:
Se reunieron pues, los sátrapas, prefectos, gobernadores, consejeros, tesoreros, abogados y jueces y a todas las autoridades provinciales, para que asistieran a la inauguración de la estatua erigida por el rey. El heraldo pregonó con voz potente: "A todos los pueblos, naciones y lenguas se os hace saber. En el momento en que oigáis el sonido del cuerno, la flauta, la cítara, el arpa, el salterio, la zampoña, y los demás instrumentos musicales, os postraréis para adorar la estatua de oro que ha erigido el rey Nabucodonosor.
Y aquel que no se postre y la adore será inmediatamente arrojado a un horno de fuego abrasador".
Y efectivamente... todos los pueblos, naciones y lenguas se postraron a adorar la estatua de oro que había erigido el rey Nabucodonosor.
Luis López-Cozar Pita
llcozar@gmail.com