Zapatero y Maragall habían acordado bajo la mesa la presentación de una única versión catalán/valenciano de la Constitución Europea. Para satisfacer las demandas valencianistas, Maragall había aceptado la versión valenciana como gesto de buena voluntad. Pero Zapatero chocó con la ley. Y como el Gobierno también está sujeto al imperio de la ley, la Abogacía del Estado le marcó los márgenes de maniobra. Y entre estos márgenes no estaba la posibilidad del texto único, así que la silente Valencia presentó su texto, obviamente en valenciano. O sea, la misma copia.

Por eso, dice De la Vega y reconoce Zapatero que se trata de dos copias idénticas. La ira de Maragall se desató porque, advertido ZP de las limitaciones legales, no hubo comunicación con la Generalitat, de manera que el "molt honorable" se encontró con el pastel cocinado y el ridículo hecho.

La vicepresidenta informa que el debate lingüístico no se trató en el Consejo de Ministros. Aunque es de prever que se tratará antes y después. Y no porque el Gabinete Zapatero haya descubierto una inusitada preocupación lingüística, sino porque el problema de lenguas se ha convertido en un problema político. Afirmar la unidad de las lenguas es observado en Valencia como equivalente a aceptar una voluntad expansionista de Cataluña. Y no es que los valencianos sean especialmente sensibles. Es que Cataluña ha invertido y sigue invirtiendo mucho dinero en la promoción del pancatalanismo en Valencia. Y ante el ataque catalán, Valencia se defiende: "No queremos ser catalanes del sur". O traducido al debate lingüístico : "La lengua de Valencia es el valenciano".

Y nos seguiremos entreteniendo en estos debates marginales, hasta que Cataluña retire su quinta columna de Valencia. Mientras tanto, Francia imita a Estados Unidos en su "guerra preventiva", los rebeldes imitan a la guerrilla iraquí en la "vietnamitación" del conflicto en Costa de Marfil, Bush busca un sucesor para Alan Greenspan y Europa afronta su proceso constituyente en plena división y euroescepticismo. ¿No es hora de quitarse la boina?