No es seguro, pero el famoso Plan Nacional de Asignación de Emisiones, que desarrolla en España el Protocolo de Kyoto (en otras palabras, que dice quién debe rascarse el bolsillo), puede ser aprobado por
Para entonces, el Gobierno podría valorar si la aplicación "a lo bestia" del Protocolo puede provocar daños irreparables a las eléctrica y a la industria española en general. Será entonces cuando se estudie si hay que subir los impuestos de las gasolinas para financiar el costoso ecologismo de Kyoto.
Cualquier cosa menos enfrentarse a Bruselas para modificar los terribles compromisos asumidos por la ministra de Medio Ambiente, Isabel Tocino.