El arranque de la película nos presenta a un adolescente llamado David Price que descubre que tiene el talento de poder "teletransportarse" a cualquier parte del planeta. Gracias a este don se convierte en una persona capaz de concederse cualquier capricho. Pero esa vida acomodada y sin problemas se complica cuando descubre que es un ser especial, un "jumper", y que a los individuos como él les dan caza los paladines (agentes enviados por el Gobierno)
Las primeras secuencias de Jumper, narradas en un tono desenfadado, presuponen que nos encontramos ante una película divertida. Pero pronto la historia gira y se torna violenta, al mismo tiempo que aparecen personajes poco desarrollados y sin ninguna coherencia argumental.
A la búsqueda y captura del público juvenil (el que más asiste a las salas de cine) han pretendido hacer un producto comercial de largo recorrido (se "amenaza" con una saga) que recuerda algunos parámetros ya vistos en Los inmortales.
Formalmente es muy espectacular (se rodó en lugares tan alejados como Japón, El Cairo o Roma) pero argumentalmente no tiene ni lógica ni sentido.
Para: Los que quieran ver juntos a dos buenos actores jóvenes (que se merecen una película mejor): Hayden Cristensen (Annakin en la segunda trilogía de La Guerra de las galaxias) y Jamie Bell (Billy Elliot)