El último regalo de Mario Monti a España: prohíbe el Plan de Salvamento de la SEPI. Lito se rebela contra Méndez y pide que intervenga Zapatero y se comprometa. Bruselas muestra su actitud más dura con los astilleros públicos españoles. Joaquín Almunia apoya a la Comisión Europea y vuelve a culpar al Partido Popular del desastre. La Unión Europea no acepta la presencia de las cajas de ahorros en IZAR.  Martínez Robles fuerza la situación límite: advierte a los sindicatos que el 1 de enero es la fecha límite para que la empresa vaya a la quiebra.  

Lo que no se puede hacer es la política del avestruz e ignorar las normas de la Unión Europea. Con estas palabras, el comisario español de Economía, Joaquín Almunia, aplaudía el último regalo envenenado que su colega de Competencia, Mario Monti, le hacía a España: La Comisión Europea, el mismo día de la aprobación de sus sustitutos (Monti será relevado por la holandesa Neelie Kroes), prohibía el Plan de reflotamiento de la SEPI.

La Comisión afirma que, entre otras cosas, no se puede aceptar la presencia en los astilleros públicos IZAR de cajas de ahorros como accionistas, dado que consideran a estas entidades como de carácter público. Las cajas está muy contentas, pero lo cierto es que casi todas las multinacionales alemanas están participadas por los bancos regionales (lo más parecido a las cajas) germanos, así como por los propios Gobiernos autonómicos, que son los que realmente mandan en estas compañías, sin que la Comisión Europea les obligue a modificar la situación jurídica. Lo mismo puede decirse de las más importantes empresas francesas, como EDF, que simplemente son propiedad del Gobierno francés.

Sin embargo, Almunia ha decidido apoyar a la Comisión y volver a culpar al Gobierno Aznar de los males de IZAR. Por su parte, Monti es quien ha aceptado, una tras otra, todas las ayudas estatales a las empresas públicas francesas. IZAR puede ir a la quiebra (y 10.000 trabajadores quedarse en la calle) por subvenciones de algo más de 1.000 millones de euros. El Gobierno de París salvó de la quiebra a France Telecom con unas ayudas públicas de 9.000 millones de euros.

Postura que no acaba de convencer a los trabajadores, que desde las siete de la mañana del jueves 18 han comenzado a manifestarse en las distintas factorías de IZAR, especialmente en Sestao y Cádiz. La no aceptación del Plan pone en peligro no sólo la obra civil sino también los astilleros militares.

Por otra parte, el caso IZAR ha abierto una crisis en UGT, el sindicato afín al PSOE de Rodríguez Zapatero. El responsable de la Federación del Metal, Manuel Fernández Lito, perpetuamente enfrentado con el secretario general, Cándido Méndez (un hombre mucho más próximo al PSOE), ha dado un paso más: no acepta a la SEPI como interlocutor y exige que el Gobierno Zapatero se comprometa en la negociación de forma directa, presionando a sus socios europeos ante los que tantas concesiones ha hecho.  Lito ha vuelto a lanzar esta advertencia contra el parecer del secretario general del sindicato.

Mientras tanto, en SEPI braman contra el compromiso de Zapatero, quien dio su palabra de salvar los astilleros públicos.