Cuando Hispanidad aseguró que si Mario Monti (en la imagen) ganaba las elecciones perdía la democracia, bastantes lectores nos acusaron de promocionar a Berlusconi.
La verdad es que don Silvio es un personaje poco recomendable. En eso estamos de acuerdo. Ahora bien, no le cesó el pueblo italiano, le cesó Ángela Merkel, como arquetipo de los mercados financieros y la ortodoxia económica financista.
Y es aquí donde yo le defiendo. Don Silvio, el exportador de telemierda a España, el rijoso más famoso de Europa, no resulta un político edificante pero tiene toda la razón cuando asegura que la política de Merkel, la del Banco Central Europeo (BCE), es un desastre para Italia y aún más para España. De hecho, es letal para el conjunto de Europa. Es la Europa de los mercaderes, no la Europa de la solidaridad, sin que ello no sea óbice para que la obligación de cada Estado socio es... reducir el tamaño del Estado y devolverle el poder a la sociedad.
Al final, los italianos han votado de forma bastante lógica. Les gusta lo que dice y lo que legisla Berlusconi, al menos en materia económica, pero no les gusta lo que hace, especialmente el bunga-bunga. Lo contrario que Mario Monti, un tecnócrata servil a los dictados financistas que imperan en Europa.
¿Que qué es financismo Financismo es gobernar para el rentista, no para el emprendedor ni para el trabajador. Pero es el financista el que no pasa apuros a fin de mes y el que no crea riqueza: especula con ella a costa de la economía real.
El resto es baladí. El cómico Beppe Grillo es el producto de un cabreo -es decir, poco irónico- pero como ocurre tantas veces con los 'outsiders', critica mucho y propone poco. Vamos, como el 15-M y demás amargados: comienzan siendo una refrescante alternativa acaban engullidos por el sistema que critican sólo que en un cansino tono negativo. Y en cuanto al ganador, aunque sea por la mínima, Pier Bersani, es un hombre que no se va a enfrentar a Europa... ni a nadie.
Pero lo que más me sorprende es la obsesión por la estabilidad. La estabilidad que proponen nuestros políticos de la estabilidad de los cementerios, porque los muertos no levantan la voz. La estabilidad, por ejemplo, es poco cristiana; la moral cristiana implica radicalidad en la libertad y repudio no menos radical hacia la injusticia. Pero a los especuladores no les interesa ese tipo de inestabilidad.
Comparen Italia con Israel. Ésta última es una sociedad en guerra, con un régimen proporcional. Los resultados electorales presentan una panoplia de partidos políticos obligados a pactar un Gobierno. Y ojo, porque se trata de un Gobierno que tiene que tomar decisiones drásticas cada día, para enfrentarse a un grupo de vecinas que desean su exterminación. Pero al parecer, la estabilidad les preocupa poco. Les obliga a aliarse... y se alían.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com