Muy pesados están los italianos: quieren billetes de 1 y 2 euros, porque consideran que el efecto psicológico antiinflación es importante. La gente considera que las monedas no valen nada, mientras que el papel imponen un respeto : se gastan menos que las placas metálicas. Se opone el resto de Eurolandia, porque las monedas son eternas, pero los billetes se estropean enseguida y hay que acudir al oneroso recambio permanente. Pero los italianos son muy testarudos, y en ello siguen.
España no es tan testadura, pero nadie le hace ni caso. Si algo desea el Gobierno español es que desaparezcan los billetes de 500 euros, los mismos que sirven a todo tipo de delincuentes para manejar dinero negro. Al parecer, nadie en el Banco Central Europeo pensó en el dineral que puede transportarse en una cartera de mano llena de billetes de 500 euros: una verdadera fortuna. Pues bien, recordemos que la cuarta parte de los billetes de 500 euros los Bin Laden- emitidos por el BCE circulan por España, que no representa, precisamente, el 25% de la economía de Eurolandia.