• El sustituto de Álvarez al frente de El Corte Inglés, al igual que Ana Patricia Botín, era el delfín señalado pero sin poder hasta el día "D".
  • Es más, oficialmente, ni en el Corte Inglés, ni en el Santander, existia delfín.
  • Y al igual que Ana Patricia Botín, Gimeno tendrá que formar su propio equipo directivo. El problema es el ritmo.
  • La comparación no es baladí: entre otras cosas porque a Gimeno no le gusta la dependencia financiera de los grandes almacenes respecto al Santander.
  • Los retos primeros de Gimeno: deuda, centros no rentables y salida a Bolsa.
  • La figura de Manuel Pizarro adquiere un papel fundamental para el futuro próximo.

Se pueden decir muchas cosas de Isidoro Álvarez pero no que haya regateado su vida, cada uno de sus momentos, a El Corte Inglés, un modelo de distribución comercial único en Europa y que sigue siendo líder del mismo. Su carrera profesional ha sido de sobresaliente y su vida personal ha estado marcada por la austeridad. Tras ser ingresado días atrás, siguió despachando con sus ejecutivos.

Muere apenas días después de que durante la última Junta General de Accionistas el propio Isidoro Álvarez anunciara un cambio de rumbo para salir de una crisis que ha afectado a El Corte Inglés como a cualquier empresa de distribución.

Ahora, ese plan lo tendrá que llevar a cabo su sobrino y sucesor, el director general de El Corte Inglés, Dimas Gimeno (en la imagen), quien, al igual que el fallecido, se formó desde abajo en los entresijos de los grandes almacenes.

Álvarez muere a los 79 años, los mismos que Botín, y el asturiano deja, al igual que el cántabro, un delfín señalado pero no investido de mando. Es más, 'oficialmente', en el caso de El Corte Inglés, como en el del Santander, ni tan siquiera existía delfin. Tanto Dimas como Ana Patricia deberán ahora elegir entre reforma o ruptura. Ambos necesitan un equipo directivo no heredado por su tío o por su padre, sino propio. No se trata de deshacer la herencia recibida sino, sencillamente, que a nuevos tiempos nuevos retos.

Por cierto, el paralelismo termina donde empieza el enfrentamiento. No es ningún secreto que a Dimas Gimeno no le agrada la dependencia, en el terreno financiero, de los grandes almacenes respecto al grupo bancario cántabro, propietario del 51% de la financiera de El Corte Inglés y cabeza de serie de la banca acreedora. En este sentido, el papel del nuevo consejero y asesor financiero de El Corte Inglés, Manuel Pizarro, partidario de sacar a Bolsa un paquete, se perfila como muy relevante.

Y es que la salida a Bolsa del líder de la distribución en España, y en Europa, no busca sacar dinero sino el solucionar el eterno problema de las empresas familiares de éxito a partir de la tercera generación. En el caso del Santander porque ha crecido en progresión geométrica en 10 años y el capital de control de la familia Botín es inferior al de los fondos. En el caso de El Corte Inglés, porque el precio de referencia de la bolsa otorga un valor neutro –objetivo, si lo prefieren- para conocer cuánto valen las acciones de cada rama familiar partícipe en el accionariado.

Pero Dimas Gimeno afronta nuevos retos: por ejemplo la deuda. Álvarez decidió seguir creciendo a pesar de la crisis de consumo, y ahora la empresa se encuentra con una deuda importante –El Corte Inglés nunca tuvo endeudamiento- y con el bajo rendimiento de los nuevos megacentros tras el derrumbamiento del consumo en España.

En cualquier caso, el dilema de Ana Patricia Botín y de Dimas Gimeno es el mismo: ¿Reforma o ruptura ¿Ir poco a poco o sacudir la pirámide de mando desde el comienzo

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com