Irán se ha liado la manta a la cabeza y ha decidido montar el número al hacer un anuncio de cerrar el grifo de su petróleo a seis países europeos, Holanda, España, Italia, Francia, Grecia y Portugal, en respuesta a las sanciones impuestas por la Unión Europea (UE) al país. Lo curioso del caso es que pretende no exportar para vengarse de que no le quieren comprar. Lo ha anunciado mediante un comunicado de la televisión oficial iraní, Press TV, que fue desmentido horas más tarde por el Ministerio del Petróleo.
El comunicado rezaba así: "En respuesta a las últimas sanciones impuestas por la UE contra los sectores energético y bancario de Irán, la República Islámica ha cortado sus exportaciones de petróleo a seis países europeos".
España, que importa el 15% de productos petrolíferos de Irán, es uno de los seis países supuestamente afectados por la decisión de Irán de suspender sus exportaciones a varios estados de Europa. Al Gobierno español no le quedaría otra solución que buscar alternativas de suministro como ya hiciera durante el conflicto con Libia. Jiménez Latorre, Secretario de Estado de Economía, ha sido preguntado esta mañana al respecto por el tema y ha manifestado que espera que Arabia Saudí compense las suspensiones de las exportaciones de crudo, pero se ha negado a hablar de cantidades. El Secretario de Estado, especialmente lacónico con respecto a este tema, no ha hecho una valoración sobre el conflicto, aunque ha señalado que no espera "que los precios del crudo se conviertan en una fuente de riesgo importante para España".
El petróleo anotó este miércoles máximos históricos en seis meses al alcanzar los 120 dólares por barril tras el anuncio de la televisión iraní. La situación es muy extraña, el mercado recortó ganancias cuando las autoridades petrolíferas de Teherán negaron al medio día las informaciones de la prensa estatal.
El crudo Brent se estabilizó en los 118,63 dólares por barril, y el petróleo para entregar en marzo en Estados Unidos subió un dólar, hasta llegar a la cifra de 101,74 dólares por barril. Por si esto fuera poco, una explosión de un oleoducto en Siria ha dado más argumentos al mercado para un alza de los precios. También ha habido una huelga en un campo petrolífero de Yemen y problemas de suministro en Sudán.
Lo verdaderamente grave no son los comunicados y desmentidos de Irán, sino los supuestos atentados que está llevando a cabo contra embajadas judías en Bangkok, Georgia e India. La posibilidad de un conflicto armado no es descartable. Según Newsweek la relación entre Israel y Washington no pasa por sus mejores momentos e Israel, con Obama en la Casa Blanca, no se sentiría obligado a pedir su autorización para atacar.
Sara Olivo
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