Entonces se puso serio, muy serio, y lo dijo, oiga, con mucha claridad: Entiendo que es un derecho de la mujer interrumpir voluntariamente su embarazo, derecho que poseen todos los países democráticos y yo no quiero llevar a la cárcel a una mujer por abortar.

Es cierto que la pregunta no era esa. La pregunta era lamentablemente simplona: ¿Cree usted que el embrión o el feto son una persona? Hay gente muy descarada y primaria, que hace preguntas de este tipo, cortas, clarificadoras... lamentables.

Es igual, ZP, fortaleza en la serenidad, diálogo constante, talante bruñido de cuerpo grande y cabeza pequeña, aunque extraordinariamente aprovechada, se mantuvo erguido ante le monstruo, mirando de hito en hito a la injusticia, temerario ante le peligro, enhiesto frente a la adversidad: sí, ZP cree en el derecho de la mujer a disponer de su cuerpo, con inquilinos incluidos, que a lo mejor, fíjense, resultan morosos.

Y es que Tengo una pregunta para usted ha mejorado mucho desde la anterior comparecencia de nuestro líder. Por ejemplo, ahora se conocen las preguntas, y no cabe la posibilidad de que algún indocumentado, como aquel preguntón del precio del café en el bar. Como si el presidente del Gobierno pudiera perder el tiempo en bares, cuando está obligado a pasar a la historia.

Y así con todo. Por ejemplo, nos enteramos de nuestro buen presidente que habla de paro en el tálamo conyugal, tan preocupado está por los desempleados que rompe el sueño de su señora, porque con alguien tiene que desahogar su pena. Y está haciendo todo lo posible para preservar todos los puestos de trabajo posibles, empezando por el suyo propio, para dar buen ejemplo.

Y él no mintió sobre la crisis, sino que se equivocó, que es muy distinto. El hecho de que su cambio de posición (hay crisis-no hay crisis) coincidiera con la jornada electoral: hacia el 9 de marzo de 2008 no había crisis, el 10 de marzo, otra vez en Moncloa, ZP comenzó a pensar que sí, que había crisis. Pero está claro que se había equivocado, no había mentido, como hizo Aznar con Irak. Y esto no hace otra cosa que ratificar la humildad de ZP y la soberbia de Aznar: ZP sí reconoce sus errores.

Como ciudadano, me he quedado muy confortado tras el programa. Y tengo el deber de recordarle a mi compañera, Pilar Cernuda que se ha pasado dos pueblos cuando asegura no soportar el infantilismo de Zapatero. Eres muy injusta Pilar, muy injusta.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com