En la eléctrica echan un jarro de agua fría sobre el matrimonio: "No se dan las circunstancias para fusionarse con Gas Natural".

De hecho, "no existe proyecto alguno". Ignacio Galán confiesa su cabreo ante tanto rumor. En la eléctrica piensan que son otros los que están necesitados de fusión. Por cierto, EDF no tira la toalla.   Al desdén con el desdén. Gas Natural no quiere saber nada de una fusión con Iberdrola. Por su parte, un alto directivo de la Compañía presidida por Ignacio Galán asegura que "La Caixa no nos ha presentado ningún papel", al tiempo que echa un jarro de agua fría sobre el maridaje. "No se dan las circunstancias para fusionarse con Gas Natural". Puede tratarse de una tautología, porque algún cambio normativo sin duda será necesario, pero, para remachar la idea: "No existe proyecto alguno".

La verdad es que sí existe, al menos en la mente, no de algunos, sino de todos. Iberdrola es una eléctrica con acceso a gas, y una empresa mucho más grande que GN, pero es más vulnerable y, sobre todo, tiene al enemigo en casa, a Florentino Pérez, con su ACS, dispuesto a jugar de aliado de EDF, e incluso de E.ON o de Suez.

Veamos, la iniciativa la llevan ahora, al alimón, el presidente de La Caixa, Isidro Fainé, y el de Repsol, Antonio Brufau. Se trata de unir ambas empresas y crear un campeón nacional tras lograr un 40% del capital de ambas empresas que, sumadas, valen 64.000 millones de pesetas: es decir 25.000 millones de euros entre Caixa, Repsol, BBK, Bancaja, una serie entidades de ahorros y, si quisiera sumarse, y todos quieren que se sume, Caja Madrid.

ACS puede quedarse o marcharse, con activo o con dinero. El peligro no es ese: el peligro es que la maldición española se reproduzca: peleas intestinas aprovechadas por un foráneo, es decir, el síndrome Endesa, hoy en manos del Gobierno italiano. Porque algo hay que tener muy claro: EDF no ha abandonado su apuesta por Iberdrola, tampoco la posibilidad de lanzar una OPA. Y una OPA lo cambiaría todo. Por cierto, ni EDF, ni E.ON, aunque su presidente, Wulf Bernotat manifieste que no está interesado por Iberdrola. El hecho de que sigan en alerta sus sensores en España, especialmente los jurídicos y los de imagen se deben a la curiosidad informativa del alemán.