Sr. Director:
Este sábado han sido ordenados en Málaga tres jóvenes sacerdotes y un diácono.
Lógicamente cada uno daba su respuesta, pero en lo que todos coincidían era: "El testimonio de sus padres, como les transmitieron la fe, su sentido del trabajo diario y como les habían enseñado a vivir con lo necesario valorando siempre lo mucho que Dios nos regala a cada uno". Destacando también que desde el silencio de la oración, el corazón es donde encuentra a Cristo y se enamora de Él.
Estos sacerdotes, ya hoy, supieron escuchar la llamada de Dios y aceptarla con la libertad nacida del desprendimiento más pleno: libertad que conlleva la necesaria autonomía para cumplir la Voluntad de Dios.
El Papa hace unas semanas les decía a más de 15.000 fieles que participaron en el habitual encuentro de los miércoles: "La verdadera naturaleza humana está en decir "sí" a Dios, a pesar de que muchas veces se piensa lo contrario. La naturaleza humana de Cristo también llevaba en sí esta tendencia, pero la superó pues Jesús comprendió que el "no" no es lo máximo de la libertad humana.
Muchos padres también piden lo mejor para sus hijos, y lo mejor es seguir la propia llamada, lo que Dios tiene dispuesto para cada uno.
¡Cuántas vocaciones ha concedido Dios a los hijos por la generosidad y la petición de los padres!
"No es sacrificio entregar los hijos al servicio de Dios: es honor y alegría" (san Josemaría Escrivá, Surco, 22).
Elena Baeza
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