Seis bancos, cuatro de ellos extranjeros, están interesadas en hacerse con la ficha bancaria de Eurobank del Mediterráneo. La cuestión tiene su importancia, dado que el Fondo de Garantía de Depósitos (FGD) no está dispuesto a cobrar en segundo lugar (tras los clientes), a menos que se asegure que otro banco compre la entidad. La razón es muy sencilla: si se liquida, el prestatario aprovecha para no pagar los créditos.
Los interesados quieren la ficha, pero saben que van a tener que invertir un dinero en volver a poner en marcha toda la maquinaria. Pro el momento, ninguno ha abandonado la puja.
Ahora mismo Eurobank debe 57 millones de euros a 2.000 impositores y 50 millones al FGD. Posee una liquidez de 100 millones, por lo que podría pagar a los clientes, pero el FGD se niega, y exige ir a un concurso de acreedores. Por cierto, las razones que alega el FGD, es decir, el Banco de España, son lógicas, pero en Banesto se hizo una excepción, y el FGD pagó "a tocateja". Curiosa doble vara de medir.
Más curiosidades, como ya se informara en la tarde del jueves 5, los interventores judiciales ya habían terminado su informe, que ahora deberá ser ratificado por el juez. En ese informe, se extraen, además de las cifras, algunas curiosidades. Lo más importante es que las causas de las quiebras son tres, aunque bien podrían concretarse en una: Política crediticia poco profesional, agresiva captación de pasivo y, esto es lo importante, desvío de fondos desde el banco hasta las mutuas controladas por su ex presidente, Eduardo Pascual. En definitiva, en la famosa distinción entre banquero tonto y banquero malo, ya podemos encuadrar a Pascual.
Que no ha sido especialmente original: al final, el oficio de banquero no es tan difícil, salvo que se utilice el banco (esa extraña empresa cuya especificidad consiste en que trabaja con dinero de los demás) para otros fines, casi siempre mediante la técnica de concederse créditos a uno mismo y no pagarlos.
Los interventores también manifiestan en que confían en la contabilidad actual y alaban la gestión del equipo directivo, que incluso ha llegado a calificar como dudosos más créditos que los así catalogados por el propio Fondo de Garantía de Depósitos.
Esa es la razón de que casi todos los postores por Eurobank apuesten por la continuidad del actual equipo directivo, dirigido por Rubén Manso, el que ha reflotado la entidad, convenientemente vigilado por el Banco de España.
De cualquier forma, y a pesar de la oposición del FGD, lo cierto es que el plazo de devolución de esos 57 millones de euros (el de todos aquellos ahorristas que poseían más de 20.000 euros) se reduce a la mitad (de 3 años a 18 meses), aunque siempre en la esperanza de que se cierre la venta de Eurobank y de que el FGD acepte cobrar en segundo término.