El orgullo griego ha durado poco. La selección nacional ha ganado la Eurocopa, pero ha suspendido el Ecofin. Bruselas ha decidido abrir expediente por déficit excesivo. Sus cuentas públicas arrojan un endeudamiento del 3,2 por ciento del PIB, por encima de lo estipulado en ese plan de estabilidad ninguneado por Francia y Alemania.
Pero Grecia está demasiado alejada del eje. Como la República Checa, Hungría, Polonia, Eslovaquia, Malta y Chipre, que también han recibido la tarjeta amarilla de los euroburócratas. Eso sí, Bruselas vigilará que Grecia hace las inversiones oportunas para garantizar la seguridad en las Olimpiadas. Un poco de coherencia, "paracaló".