El silencio decretado por el Ejecutivo llegó a indignar a las familias que tenían a alguno de sus miembros secuestrado por los piratas en el Alakrana. Les preocupaba el inmobilismo o la lentitud y decidieron hablar para presionar. Después se supo que el Gobierno negoció y pagó por el rescate mientras seguía pidiendo silencio a todos.
Este viernes Rubalcaba respondía a la pregunta sobre Manu Brabo, el fotógrafo español secuestrado en Libia, pidiendo prudencia: "El Gobierno tiene voluntad de conseguir su liberación y lo mejor que puede hacer es no decir nada". Teniendo en cuenta que las tropas españolas no están presentes en el país, que los antecedentes muestran la predisposición para negociar, la respuesta de Rubalcaba sólo puede provocar inquietud.
Mariano Tomás
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