• No habrá más ayudas públicas ni concesiones para reflotar el banco.
  • Lo que nos ha costado la entidad catalana: 12.050 millones de euros en aportaciones de capital, avales por 10.760 millones y el traspaso a la SAREB de activos por un importe de 18.610 millones.
  • Y la ex cúpula de CX en los juzgados.

Bruselas ha dado este miércoles luz verde al plan de reestructuración revisado de Catalunya Banc (CX) tras su venta al BBVA. La Comisión Europea señala que no se otorgarán más ayudas públicas, ni a CX ni al comprador. El presidente del BBVA, Francisco González (en la imagen), se queda, así, sin excusas. A partir de ahora, los agujeros que puedan aparecer los tendrá que afrontar el BBVA en solitario.

En todo caso, la entidad catalana es, proporcionalmente, la que más nos ha costado. Los números están ahí: 12.050 millones de euros en aportaciones directas de capital por parte del FROB, es decir, de todos los españoles, avales por valor de 10.760 millones -no lo duden, al final seguro que se ejecutan todos o casi todos los avales- y el traspaso a la SAREB de activos por un importe de 18.610 millones de euros. Ciertamente, esta última ayuda es difícil de cuantificar, pero no por ello deja de ser una ayuda y de las importantes.

Visto lo visto, si quieren hacer negocios de verdad, llamen al FROB. Después de inyectar 12.050 millones de euros en la entidad catalana, la vendió por sólo 1.187 millones. Y eso que era la oferta más elevada. Es decir, el FROB -esto es, todos los españoles- perdió 10.863 millones con la operación. Háganme caso, llamen cuanto antes.

Y, a todo esto, la ex cúpula de CX -el ex presidente, Narcís Serra, y el ex director general, Adolf Todó- está imputada por un presunto delito de administración desleal. Recuerden que el ministro de Economía, Luis de Guindos, anunció en noviembre -y, ojo, en sede parlamentaria- que el Gobierno iba a enviar al fiscal operaciones presuntamente irregulares ocurridas en la entidad catalana. La cosa no ha hecho más que empezar.

Pablo Ferrer

pablo@hispanidad.com