Sr. Director:
¡Qué bueno y qué agudo! ¿No será que la FERE ha ido transformándose en un inmenso centro de gestión de patrimonio, fondos de pensiones especialmente?
Con el "carácter propio" se oculta un humanitarismo a prueba de una clientela indiferente en materia de religión, indispuesta a la fe y alimentada por las ideologías anticristianas de lo políticamente correcto. Se vende sutilmente la primogenitura por un plato de lentejas. En la mayoría de colegios (ahora "centros") nadie se reconoce en el espíritu (cristiano) del fundador (casi siempre santo).
Los buenos y vocacionales maestros (cristianos o no), por maestros y leídos, observan perplejos la irracionalidad de los nuevos planteamientos educativos, la fe beata de los "centros" y la falta de compromiso real (hasta dar la vida) por salvar a los chicos de las garras de la tristeza y del absurdo embustero del mundo que nos (les) rodea.
Rezo por los muchos curas, hermanos y monjas que sufren en sus rincones de silencio la apostasía de sus órdenes y del mundo, viendo como nadie dirá ya una palabra de vida eterna a la atenta y escrutadora mirada de un niño, viendo como las nuevas generaciones de maestros han crecido ya así, ajenos a los viejos tesoros, a las viejas palabras, escépticos y ensimismados, vanidosos en su supina ignorancia, armados de "valores" y de discursos de nueva moral voluntarista,... tan emotivistas como poco compasivos y misericordiosos, mejor tal vez indiferentes. Nos queda ante todo ello la contemplación del misterio de las lágrimas de Cristo llorando sobre Jerusalén, la muy amada.
¡Tremenda profecía!
Emilio Boronat eboronat@uao.es