Sr. Director:
No veo bien que se obligue a ningún profesor a impartir la asignatura Educación para la Ciudadanía, pues podría violentar la conciencia de quienes no se atreven a objetar.
¿Los apoyarán los sindicatos? Me parece inadmisible, también, que se presione a los padres para que acepten que se eduque a sus hijos en clave de ideología de género, claramente marxista. Es un abuso de poder, al margen de nuestra Constitución, que reconoce el derecho inalienable de los padres a que sus hijos reciban una educación no opuesta a sus convicciones religiosas y morales. Los contenidos ideológicos que sustentan y salpican el temario de EpC, no han sido consensuados (no se ha tenido en cuenta ni a padres, ni a profesores ni a la oposición política mayoritaria, como cabe esperar en una democracia), sino que vienen impuestos por el gobierno, como si estuviéramos en una dictadura y no en una democracia parlamentaria. Alegran y jalean a un sector, el de las asociaciones de gays y lesbianas; pero soslayan la opinión mayoritaria social, manifestada, pero ninguneada. Contra ese tipo de educación y su imposición antidemocrática, hubo, en Madrid, quizá la mayor manifestación de la historia de la democracia. También se han manifestado, en contra, además de la Iglesia Católica, instituciones familiares, como el Foro Español de la Familia, etc.. Don Alejandro Campoy, de Toledo, primer padre objetor de conciencia, ha dicho en carta abierta a Zapatero, que "este movimiento no depende ni de la Iglesia ni mucho menos del PP, sino de ciudadanos libres y soberanos", y que el Presidente está "mintiendo Vaya mi felicitación al Sr. Campoy por defender a sus hijos como el tesoro más preciado. Como madre de familia, estoy con él.
Cristina Fuente Martínez
fuemarc42@gmail.com