Federico Jiménez se ha vuelto bueno. No es broma. Como no ha conseguido que le fichen ni en Vocento-Punto Radio, ni en Marca, ni crear la propia cadena de emisoras con su amigo Pedro José Ramírez, a pesar del regalo que le otorgó Esperanza Aguirre de una emisora en Madrid -y que negó a COPE, la empresa que paga al locutor- Federico Jiménez ha optado por volver a la COPE.

No dejen de escucharle estos días por las mañanas, para observar al más pío Federico, incapaz de arremeter contra obispos, sacerdotes o doctrina cristiana que no sea de su agrado. Vamos, que no se va a volver un defensor de la vida, oiga usted. Como mucho, la imposición lingüística en Cataluña y poco más. El mismo Pedro J. Ramírez, que en su periódico  El Mundo está dirigiendo una campaña anticlerical como no se recuerda. Y el propio Federico, desde su predio de Libertad Digital TV -ejemplo, entrevista con Ana Rosa Quintana- se dedica a apoyar el matrimonio homosexual.

Pero en la COPE no. Hasta que convenza a la Iglesia de que le renueven por dos años -o por uno-. Entonces volverá a hacer lo que le venga en gana y a bramar contra todo cristiano que se le ponga a tiro, a promocionar a Rosa Díez -canonizable, como todo el mundo sabe- y demás notas características del sujeto agente.

Y lo peor es que a lo mejor consigue permanecer en su puesto. Es que es tan bueno...

Eulogio López

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