En 2005, la empresa de Esther Koplowitz, FCC, facturó 7.090 millones de euros, un 12% más, y obtuvo un beneficio neto de 421 millones de euros, un 16% más que en 2004. Su primer ejecutivo, Rafael Montes, está empeñado en ampliar el negocio y comprar nuevas empresas, aunque la operación se demora. Por lo demás, y a pesar de que el apalancamiento ha subido, lo cierto es que todas las divisiones marchan a velocidad de crucero, tanto el cemento, como las contratas y servicios, por no hablar del negocio inmobiliario.

FCC vive peligrosamente, con la presencia amenazante de Acciona en su accionariado, pero para Esther Koplowitz lo prioritario es seguir adelante con la empresa que creó su padre, Ernesto Koplowitz. Tras abortar a través de la prensa la entrada de José María Castellano, Montes está dispuesto a entrar en la OPA sobe Endesa (no sabía que el Gobierno ya se lo había ofrecido a Entrecanales) y a diversificar. Al final, la sucesión en FCC parece marcada por la familia Koplowitz como rentistas y con un hombre de la confianza de Montes al frente del equipo directivo.