Hubo hasta sesiones de boxeo entre la "odiada hipoteca" y el capital con superpoderes: el alquiler con opción a compra

 

Muchas inmobiliarias han decidido no asistir este año al Salón Inmobiliario. La crisis hace mella y el Salón exige un generoso presupuesto de marketing para no hacer el ridículo. Ahora, las que asistieron, echaron el resto. El salón ha sido todo un derroche de creatividad. Todo un esfuerzo para captar al cliente. Muy espectacular. Todo el mundo trataba de llevarte a su stand. Todos regalaban algo: desde folletos bien diseñados, caramelos, bolígrafos, palas de playa, hasta carritos con ruedas para llevar toda la propaganda sin esfuerzo.

Muchos montaron su bar. Pero como ya hay muchos bares, lo último ha sido regalarte el vaso para que vayas dentro a rellenarlo de refresco. Y los más atrevidos, se han lanzado a escribir mensajes en el agua o a llevarse a las mismas hormigas que sirven como slogan de su campaña. Lo más curioso fue el combate de boxeo entre la odiada hipoteca y el capitán con superpoderes del alquiler con opción a compra.

Todo un despliegue para excitar una demanda que se encuentra más que aplanada. Los compradores empiezan a tener serias dificultades para acceder a los precios actuales. Los inversores ya se han despedido de los subidotes del 17%. Así que muchos de los stands del Salón estaban dedicados a promociones en el exterior, en países con potencial de crecimiento como Europa del Este o América. La relación dólar/euro ha hecho que tanto Florida (que acumula además caídas del 25%) como Punta del Este o el Gran Buenos Aires se conviertan en opciones extraordinariamente atractivas.

¿Hay crisis? Se está reproduciendo los fenómenos -minoritarios, de momento- de los que regresan al notario para devolver su casa y cancelar la hipoteca aún a costa de perder la entrega inicial. Algunos dan marcha atrás y se les devuelve todo. Y muchas inmobiliarias están ofreciendo descuentos encubiertos vistiéndolos como ofertas especiales para determinados colectivos. La cosa es colocar.